El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, anunció hoy que
es posible una reducción de tropas estadounidenses en Irak, mientras se prepara
para un enfrentamiento con el Congreso.
Sin embargo, insistió en que
el nivel de las fuerzas de combate sería decidido en base a las recomendaciones de sus
comandantes en Irak y no por políticos "nerviosos" en el Congreso dominado por la
oposición demócrata.
Bush hizo estas declaraciones después de que su "consejo de guerra" se reuniese con el primer
ministro iraquí,
Nuri Al Maliki, y otros altos responsables iraquíes y unos días antes de que el
general
David Petraeus y el embajador estadounidense en Bagdad,
Ryan Crocker, informen al Congreso estadounidense sobre la estrategia
norteamericana en Irak.
"
El general Petraeus y el embajador Crocker me informan de que si el éxito actual continúa,
es posible mantener el mismo nivel de seguridad con menos soldados norteamericanos",
afirmó refiriéndose al progreso que las fuerzas estadounidenses afirman haber hecho en la provincia
de Anbar.
"
Exhorto a los miembros del Congreso a escuchar lo que (Petraeus y Crocker) tienen para
decir", dijo.
El viaje de Bush coincidió con el retiro de las tropas británicas de su última base en la
sureña ciudad de Basora, en medio de
tensiones entre Washington y su aliado Gran Bretaña por la política en Irak.
"Esta es la última gran reunión de los consejeros militares del presidente y el líder iraquí
antes de que el presidente decida cómo seguir," dijo Geoff Morrell, vocero del Pentágono.
La Casa Blanca entregará un informe al Congreso el 15 de septiembre dirigido a persuadir a
los legisladores a que continúen dando fondos para la guerra, cuatro años y medio después de la
invasión estadounidense a Irak.
Bush, quien se encuentra camino a Australia para participar en una cumbre de la región
Asia-Pacífico, llegó a la base de Al-Asad en la provincia de Anbar junto a la secretaria de Estado
Condoleezza Rice y el consejero de Seguridad Nacional
Stephen Hadley.
Lo esperaban el secretario de Defensa,
Robert Gates; el jefe del Estado Mayor Conjunto, general
Peter Pace; el comandante de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente,
almirante
William Fallon, y el más alto comandante estadounidense en Irak,
Petraeus.
Bush "está reuniendo esencialmente a su consejo de guerra aquí y ellos se están reuniendo
con líderes iraquíes para discutir cómo seguir", dijo Morrell. "Esta es una reunión
decisiva. Esta reunión lo acercará a una decisión si aún no la ha tomado".
Esta es la primera visita de Bush a Irak desde junio de 2006 y
la tercera desde la invasión. Bush estaba reunido con jeques tribales de la
provincia de Anbar que le han dado esperanzas de un cambio en la mortal insurgencia sunita desatada
luego del derrocamiento de Saddam Hussein en abril de 2003.
La oposición demócrata, que controla el Congreso, ha estado presionando por meses para
obtener una fecha definitiva de retiro de las tropas de Irak. Pero Bush y sus generales han pedido
tiempo para que la estrategia de aumento de tropas funcione, luego del
despliegue de 28.500 soldados suplementarios en febrero.
"Aquellas decisiones estarán basadas en una tranquila evaluación de nuestros comandantes
militares en el lugar,
no en una reacción nerviosa de los políticos de Washington para obtener resultados
en los medios de comunicación", dijo el presidente.
"En otras palabras,
empezaremos a disminuir nuestras tropas en Irak desde una posición de fuerza y éxito, no
desde una de debilidad y temor", agregó.
Viajar a Anbar en lugar de a Bagdad le dio a Bush la oportunidad de señalar el dramático
cambio en el sentir de la provincia, donde ex insurgentes sunitas se han unido a las fuerzas de
seguridad estadounidenses para pelear contra Al-Qaida.
Sin embargo, autoridades de seguridad dijeron antes del arribo del presidente que
dos coches bombas explotaron en la capital de la provincia de Anbar, Ramadi,
matando a cuatro personas e hiriendo a diez mientras en Bagdad la policía encontró 15 cuerpos
asesinados a balazos.
Fuente:
AFP