afp/ap/dpa desde Roma
El primer ministro Enrico Letta presentó ayer su renuncia, bajo la presión de Matteo Renzi, el joven dirigente del centroizquierdista Partido Democrático (PD), en el poder, que se perfila para sucederlo tras un duelo fratricida.
Letta, en el cargo hace diez meses, presentó su “renuncia irrevocable”, anunció en un comunicado la Presidencia de la República. El presidente, Giorgio Napolitano, inició consultas ayer para la formación de un nuevo Ejecutivo. Tras esas consultas, Napolitano designará a un encargado de formar gobierno, que casi a ciencia cierta será Renzi, jefe de la principal formación parlamentaria resultante de las elecciones de febrero de 2013.
Renzi, de 39 años, forzó este desenlace en una guera que empezó en diciembre cuando fue elegido líder del PD en unas primarias abiertas y concluyó el jueves, cuando la dirección partidaria retiró el apoyo al débil gobierno de coalición entre partidos de izquierda y de derecha.
Letta llegó hacia el mediodía de ayer a la sede de la Presidencia de la República, el Palacio del Quirinale, donde permaneció cerca de una hora. “Gracias a todos los que me han ayudado cada día como si fuera el último”, escribió en un tuit poco antes de esta última audiencia con el jefe de Estado.
La confusión política contrastó con el anuncio de que la economía italiana había salido en el último trimestre de 2013 de dos años de recesión, con un crecimiento de 0,1%. Y el índice FTSE MIB de la Bolsa de Milan registraba media hora antes del cierre un crecimiento de 1,65%, atribuido por algunos analistas a la posibilidad de una clarificación política que evite la parálisis del país. Los industriales tienen la expectativa de “un país normal”, con una burocracia menos enredada y un costo del trabajo más bajo.
Los medios italianos manifestaron, sin embargo, su preocupación por el impacto de esta nueva crisis política sobre una economía tambaleante.
Se trata, en efecto, del tercer cambio de gobierno en menos de dos años que llevará al cargo de primer ministro a un dirigente respaldado por alianzas parlamentarias pero no por el voto popular. Napolitano, el único con poder para convocar elecciones anticipadas, descartó nuevos comicios.
En caso de ser nombrado a la jefatura de gobierno, Renzi, alcalde de Florencia, se enfrentará a enormes problemas políticos y económicos, entre ellos una gigantesca deuda pública y un desempleo juvenil que ronda el 40%.
Este carismático dirigente, sin experiencia ministerial o parlamentaria, se convertiría así en el jefe de Gobierno más joven de Europa, después de haber ganado notoriedad con promesas de arrasar con la actual clase política y sus privilegios.
“Hay que disipar la impresión de que se trata de un maniobra ideada en los palacios del poder”, pidió en un editorial el diario Il Corriere della Sera, que no descarta que Renzi tenga un as en mano, para abrir “una nueva página de la historia” del país. Analistas excluyen que convoque una asamblea para reformar la Carta Magna.