Davos – El presidente mexicano, Felipe Calderón, presentó este viernes en el Foro Económico de Davos a la comunidad empresarial internacional un México con todas las garantías para que éstos puedan invertir con seguridad frente a otros países de la región.
"México, si no es la tierra prometida, sí es la tierra del futuro", se atrevió a proclamar Calderón con la soltura adquirida las cinco veces que ha participado en el Foro, y este año después de haber tomado posesión como presidente.
"Estamos convirtiendo a México en uno de los mejores países para invertir" con la garantía de la "seguridad jurídica", aseguró, en detrimento de otros países de la región que se han convertido en "economías del pasado", "cerradas" y donde las "acciones del Estado afectan a las inversiones, como en Argentina, Bolivia, Venezuela y otros".
El presidente hizo estas declaraciones en el pleno del Foro, en un debate con su homólogo brasileño y en conferencia de prensa. Calderón añadió que en los encuentros que sostuvo en Davos con empresarios, éstos le transmitieron su impresión de que "México está asumiendo un compromiso increíble con la legalidad y las inversiones".
En el tercer día del encuentro en Suiza, Calderón aprovechó su participación para criticar las " dictaduras personales vitalicias" y las políticas expropiatorias del pasado, en una alusión a la política de Hugo Chávez en Venezuela. “El dilema”, dijo Calderón, “no es decidir entre la izquierda o la derecha, sino decidir entre el pasado y el futuro".
El presidente mexicano elogió al gobierno de Lula Da Silva, y también al de Alvaro Uribe en Colombia. "Yo veo gobiernos de izquierda, como puede ser el de Lula, que hacen las cosas bien, que protegen mercados, que permiten que haya inversión. Veo gobiernos conservadores, como el de Colombia, que trabajan con políticas sociales muy, muy intensas", manifestó.
A continuación, sin dar nombres, criticó el retorno de viejas políticas a la región. “Avanzar significa ver si apostamos por una democracia o vamos hacia atrás y permitimos que regresen en América Latina dictaduras personales vitalicias, si somos capaces de avanzar en términos de mercados y de inversión, o regresamos a viejas políticas del pasado de expropiación y nacionalización", indicó.
El nuevo mandatario ofreció a los empresarios como ventajas que México es el cuarto país petrolero del mundo, el quinto en biodiversidad, tiene una posición geoestratégica, una economía en orden, un "bono demográfico", y sobre todo "un país de leyes" con "seguridad pública".
Otras bazas que ofreció a las multinacionales es que el riesgo país actual de México es bajísimo y que el banco estadounidense Goldman Sachs prevé que en unos años México sea el quinto país mundial en crecimiento después del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
"La batalla de seguridad será larga" y "quizá costará vidas humanas", pero vamos a ganarla", aseveró.
También propuso que Estados Unidos invierta más en México para frenar la emigración. Calderón señaló que las expropiaciones en el pasado "le han causado un daño terrible" a la región. Estas políticas han provocado las peores crisis de América Latina y "han empobrecido más a la gente más pobre", manifestó.
Por su parte, el presidente de Brasil, Lula da Silva, arrancó aplausos de la platea cuando en su discurso pidió a los países latinoamericanos que "paren de llorar" y culpar a los otros por sus problemas.
Pero Lula dedicó párrafos a defender e Evo Morales y a Hugo Chávez.
Ante una pregunta de la moderadora del debate sobre el presidente venezolano, Hugo Chávez, Lula subrayó que "fue elegido tres veces, todas de la forma más democrática posible, con presencia internacional", y defendió "sus proyectos energéticos con Venezuela".
Quiso tranquilizar a la audiencia empresarial asegurando que "la cuestión política en América Latina se está consolidando", que "Latinoamérica vive un momento de tranquilidad y paz" y que "todos (los mandatarios) saben que sólo hay una opción: fortalecer la democracia, no gastar más de lo que se puede, aumentar el crecimiento y fortalecer la relación entre nosotros".
Sobre su homólogo boliviano y la nacionalización del gas alegó que "el gas es suyo, es su única riqueza", y que además "México no abre mano de su petróleo y Brasil tampoco", y pidió "un poco de cautela en analizar estas cosas".
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que también participó en la conversación, coincidió en que "tiene que haber un Estado que haga algo para redistribuir los ingresos", lo que "no se debe confundir con populismo", ni tampoco se puede "condenar la necesidad de los gobiernos de distribuir los ingresos", en referencia a
Bolivia.
Lula agregó: "Yo les he dicho a todos los dirigentes latinoamericanos: Tenemos que parar de viajar por el mundo llorando nuestra miseria y encontrando culpables para nuestra desgracia", afirmó el mandatario brasileño, ante una platea formada especialmente por empresarios. "Tenemos una responsabilidad propia y de nada sirve culpar a los otros", agregó Lula.
A los países ricos, pidió "conciencia" en la aplicación de recursos en el Tercer Mundo. "Es necesario acabar con la manía de los países ricos de dar dinero para gobernantes que a veces no lo aplican correctamente", indicó. "Es necesario que las inversiones sean un proyecto de desarrollo, porque eso genera empleo, riquezas y mejoras en la calidad de vida", especificó el presidente ded Brasil.
Fuente: DPA y AFP