Los camiones se convirtieron en letales armas de guerra en Europa. Estado Islámico (EI) se adjudicó esta semana un atentado en Berlín que dejó 12 muertos y decenas de heridos, provocado por un vehículo de gran porte conducido por uno de sus milicianos. No es la primera vez que el grupo terrorista utiliza ese método para sembrar el pánico: en julio pasado embistió y mató a 84 personas en Niza, Francia. En las últimas semanas, incluso había “aconsejado” en su revista en inglés Muriyah ese particular “modus operandi” a sus lobos solitarios.
Ante los mayores dispositivos de seguridad en aeropuertos y los rigurosos controles en la venta de armas, Estado Islámico eligió esos vehículos para golpear en el corazón de Occidente. El último episodio habría sido protagonizado por el joven tunecino Anis Amri, principal sospechoso según las autoridades alemanas. Sus huellas dactilares fueron halladas en el interior de la cabina del camión que atropelló a las víctimas, anunció ayer el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière.
Los investigadores lanzaron una orden de arresto europea contra Amri, quien había estado con anterioridad en la mira de los servicios de inteligencia. Además, su documento de identidad fue encontrado en el camión. “Hoy podemos anunciar que hay indicios suplementarios según los cuales el sospechoso es con toda probabilidad realmente el autor del crimen”, informó el gobierno de Angela Merkel.
Antecedentes. Amri calcó el trágico atentado de Niza, donde Mohamed Lahouaiej Bouhlel, otro combatiente tunecino de Estado Islámico, arrolló a más de un centenar de franceses que conmemoraban el aniversario de la Toma de la Bastilla. Esos dos episodios no fueron causales. EI llamó en su revista editada en inglés a atacar a bordo de camiones. Las palabras que escogió para incentivar a sus células son escalofriantes. “El método de un ataque de este tipo consiste en que un vehículo se precipite a alta velocidad contra una gran concentración de no creyentes, dejando tras de sí una carnicería. Los vehículos son como armas blancas ya que son muy fáciles de conseguir. Pero mientras ellas pueden llamar la atención, éstos no encienden las alarmas debido a su extendido uso en todo el mundo. Como son una parte esencial de la vida moderna, muy pocos comprenden en realidad la capacidad mortal y destructiva de un vehículo motorizado”, reza el artículo.
Esa estrategia también fue elegida por Abdul Razak Ali Artan, un refugiado somalí que embistió con su auto a estudiantes en la Universidad de Ohio, hiriendo a once de ellos. Más atentados de ese tipo conmovieron este año a Jerusalén, cuando atacantes palestinos arrollaron a civiles y militares israelíes.
Los camiones son para EI lo que los aviones fueron el 11 de septiembre para Al Qaeda: una mortal y sorpresiva arma de guerra.