Los parisinos volverán a disfrutar del tranvía, 70 años después de que este medio de transporte fuera desbancado por los automóviles. En un ambiente festivo, el alcalde de París, Bertrand Delanoe, y el ministro de Turismo, Léon Bertrand, inauguraron hoy la línea de cerca de ocho kilómetros del nuevo tranvía, que discurre por el sur de la capital francesa.
Tres años se prolongaron los trabajos de la que constituye una de las mayores obras en la historia de París, cuyos trenes, trazado e instalaciones han costado 331.500 millones de euros (407.900 millones de dólares). Los conductores de autobuses dieron una bienvenida "a la francesa" a su nuevo competidor, con una huelga.
Este fin de semana los parisinos pueden probar gratis su nuevo tranvía, que abarca tres distritos de la capital en el sur de la ciudad, en el bulevar Maréchaux, del Pont de Garigliano a la Puerta d'Ivry. El tranvía se detiene en 17 paradas cada cuatro minutos.
Según una encuesta publicada hoy, un 63 por ciento de los parisinos se mostró satisfecho de su primer viaje con el tranvía y se alegró de poder volver a disfrutar de este medio de transporte.
Su funcionamiento eléctrico hace que no aumente el nivel de ruido en la ciudad y además respeta el medio ambiente. Se espera que unas 100.000 personas utilicen diariamente el tranvía, el doble de usuarios que permiten los sobrecargados autobuses. No obstante, París no es pionera en el renacimiento del tranvía en Francia. En total, 26 ciudades galas, entre ellas Nantes y Burdeos, disfrutan de este medio de transporte o tienen previsto su implantación.