El gobierno iraquí anunció hoy que planea cavar trincheras alrededor de Bagdad, la capital del país, para controlar mejor los movimientos de los "rebeldes". Mientras tanto, la violencia alcanzó un nuevo récord: en dos días, se descubrieron más de cien cadáveres masacrados.
La nueva medida de seguridad prevista por el gobierno iraquí contempla que "el acceso a la capital sólo será autorizado por 28 rutas”, - según declaró el vocero del ministerio del Interior, el general Abdel Karim Jalaf - , las cuales serán monitoreadas por barreras de seguridad.
Por su parte, las decenas de accesos secundarios a la capital “serán cerrados por trincheras y alambrados de púas”, explicó el funcionario.
El gobierno detalló que el plan busca “controlar las entradas y salidas de Bagdad”. Según admitió otro responsable de seguridad iraquí: “De esta manera tendremos un mejor control de los movimientos, en especial los de los rebeldes”.
Desde mediados de junio, funcionarios iraquíes y estadounidenses pusieron en marcha el plan “Adelante juntos” para lograr llevar el orden al país. Pero, a pesar de que 30 mil hombres están desperdigados por toda la ciudad, la violencia nunca pudo frenarse.
De hecho, el mismo Ministerio del Interior confirmó que en las últimas 24 horas una cincuentena de cuerpos no identificados “asesinados por diferentes motivos” fueron descubiertos en Bagdad. Incluso, algunos de ellos presentaban signos de tortura.