Por primera vez desde que se difundieron los Panama Papers, China se refirió al escándalo que afecta a nueve encumbrados líderes del país, entre ellos al presidente Xi Jinping, y se expresó a favor de “averiguar qué pasó exactamente”. El ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, declaró en una conferencia de prensa, junto a su par alemán Franz Walter Steinmeier, que “Panamá también está haciendo investigaciones”. Evitó dar más precisiones sobre los dirigentes del Partido Comunista Chino cuyos entornos tendrían sociedades offshore abiertas por el estudio Mossack Fonseca. Beijing teme que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y la prensa difunda más nombres de poderosos políticos y empresarios. Ese fantasma no parece infundado: el 29% de las 16.300 compañías internacionales para las que trabajó Mossack Fonseca proceden de China y Hong Kong. Esa última oficina fue la que más sociedades creó en todo el mundo.
Se trató de la primera vez que el Gobierno chino se pronuncia sobre el tema, tras días en los que voceros del Ministerio de Exteriores repitieron que no harían comentarios y que las informaciones sobre el escándalo eran “infundadas”.
Al ser preguntado qué tan creíble resulta ahora la campaña anticorrupción que emprende el Gobierno chino, Wang apoyó el valor de esa iniciativa y prometió que continuará porque “es muy popular entre la población”.
Figuras. El escándalo de los documentos filtrados salpicó a Deng Jiagui, cuñado del presidente chino. Además, apuntó contra el nieto político del fundador de la República Popular, Mao Zedong. Según las informaciones reveladas, Chen Dongsheng, el marido de una de las nietas de Mao, era dueño de Keen Best International Limited, una firma con sede en Panamá.
Tres de los implicados ocupan actualmente puestos en el Comité Permanente del Partido Comunista de China (PCCh), el grupo de siete personas que acumula más poder en el régimen. Ese trío está integrado por Xi, por el viceprimer ministro, Zhang Gaoli, y por el jefe de propaganda del partido, Liu Yunshan.
Familiares de ex integrantes del Politburó del Partido Comunista, entre ellos Jia Qinglin, ex número cuatro del régimen, Li Peng, que lideró la represión en la Plaza de Tiananmen, el ex vicepresidente Zeng Qinghong, y Tian Jiyun, que fue cercano a Deng Xiaoping, también fueron señalados por el diario británico The Guardian. Los documentos también apuntaron contra el actor Jackie Chan.
El caso que más conmocionó a la opinión pública fue el de Gu Kailai, esposa de Bo Xilai,que envenenó en 2011 a su socio británico Neil Heywood. Según un artículo de ICIJ, lo asesinó para que no develara que tenía dinero en un paraíso fiscal, un secreto que eclipsaría la ascendente carrera política de su marido. Finalmente, los dos fueron condenados: ella por asesinato y él por corrupción.
Cientos de millonarios chinos no pueden dormir por estas horas. Y si logran conciliar el sueño, una pesadilla con nombre propio los acosa: Panam Papers.