El hecho es inusual, y a la vez dramático. En Francia, en la región norte de La Vaupaliere, un grupo de sesenta trabajadores posa para la foto junto a 8.000 litros de substancias tóxicas, una suerte de combustible aditivo, que amenazan con tirar al Río Sena si no se satisfacen sus demandas. Se quejan de haber sido despedidos sin indemnización.
La empresa Serta, que está en liquidación, ha tenido que reducir una cantidad enorme de empleados en estos meses pasados frente a la crisis. Ya trabajan menos de 100 empleados de los casi 200 que tenía dicha corporación tiempo atrás. Este grupo de la foto pertenece justamente a una tanda de los que han sido despedidos últimamente, que ahora reclama una indemnización por 15 mil Euros.
Son enojados choferes (Serta es una empresa de transportes), que luego de haber amenazado a sus patrones, han decidido como último recurso tomar el camino de la “protesta ambiental”. Dicen que no les importa el efecto que pueda tener sobre los peces. “Más dramático es lo nuestro, somos gente que ahora es redundante y sacrificada”, dijo un representante del Sindicato.
Amenazan con tirar el “líquido” en una zona de drenado de las aguas del Sena. Pero no han sido los únicos. Hace un tiempo, relata el matutino Guardian de Inglaterra, en otra fábrica amenazaron con volar los cilindros de gas, si sus demandas no eran satisfechas. E inclusive hace 9 años, un grupo de trabajadores despedidos de una fábrica textil sí llegó a arrojar algunos centenares de litros de ácido sulfúrico al Río Meuse porque no les satisfacían sus demandas.
Sin dudas que se trata de un acto de desesperación. El tema ya llegó a Greenpeace de Francia. Su director, Antoine Faucher, ha dicho que esto es un situación increíble. “Ahora amenazan con tomar rehenes -no la fábrica o el establecimiento- sino a toda la población. Vemos que se toman revancha con cosas de mayor valor, incluido el río de la ciudad, o cualquier otro recurso que puedan llegar a tener a mano. Es una locura” afirmó.
(*) Especial para Perfil.com