El pasado de un hombre no lo abandona. Y para José “Pepe” Mujica, quien mañana asumirá el mayor desafío de su vida como presidente de Uruguay, no es distinto: tras la lucha revolucionaria en los 70, el histórico dirigente de la guerrilla tupamara se reinventó a sí mismo para integrarse a la vía institucional en plena democracia. Su experiencia en los calabozos de la dictadura reforzaron aquellos ideales políticos que lo llevaron a empuñar un arma o esgrimir un discurso parlamentario años más tarde y que en sólo algunas horas, lo convertirán en el primer guerrillero sudamericano en alcanzar la primera magistratura.
Así lo aseguraron los dos hermanos de armas, tupamaros que sobrevivieron con él a los oscuros años de torturas en los cuarteles de la dictadura, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. “La esencia del Pepe sigue siendo la misma. La humildad, sencillez, el rigor de las convicciones y la acción no se modifican. El Pepe se sigue despertando a las tres de la mañana para ponerse a estudiar”, comentó a PERFIL desde Montevideo Rosencof, actual director de Cultura de la Municipalidad de Montevideo.