Desde que asumió el poder en 2011, el dictador norcoreano Kim Jong-un se sacó de encima a los hombres que podían hacerle sombra. Nieto del "presidente eterno" Kim Il-sung e hijo de Kim Jong-il, el joven es la cara de una dinastía que encumbró a miembros de la rama masculina de la familia, en un país con arraigadas tradiciones patriarcales.
Kim, de 36 años, no designó un heredero. Por el contrario, se encargó concienzudamente de quitar del camino a todo aquel que pudiera convertirse en su eventual sucesor. Dos años después de ser designado al frente del país, Kim ordenó la ejecución de su tío, Jang Song-thaek, al que acusó de conspirar para derrocarlo. “El acusado es un traidor a la nación para siempre, que perpetró actos disidentes contra el partido y contrarrevolucionarios”, informó, por ese entonces, la agencia oficial norcoreana KCNA.
Las versiones sobre aquella muerte fueron truculentas. Un diario de Hong Kong publicó que habría sido devorado por perros hambrientos en una jaula, aunque después se supo que esa información se había originado en redes sociales chinas. Hyon Hak-bong, embajador norcoreano en Reino Unido, desmintió esa versión. "Fue ejecutado por armas de fuego", reveló en una entrevista con Sky News.
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Años después, el dedo de Kim apuntó contra su medio hermano, Kim Jong-nam, la única opción realista para una sucesión dinástica. El joven, renegado y exiliado, fue rociado con una sustancia venenosa por dos mujeres en el aeropuerto de Kuala Lumpur, y murió a los pocos minutos.
Hoy casi no quedan hombres en la familia que puedan suceder a Kim si un problema de salud lo desaloja del poder. Tan solo un sobrino, Kim Han-sol, hijo de Kim Jong-nam, podría hacerlo, pero, por temor a su seguridad, se desconoce su paradero.
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Su hermana, la poderosa Kim Yo-jong, ocupa una posición relevante de poder en Pyongyang y es la favorita de la prensa internacional para reemplazarlo. Designada número dos del régimen en la última reunión del Politburó del Partido de los Trabajadores, celebrada el 12 de abril, representó a Kim en los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur, y lo acompañó a sus cumbres con Donald Trump.
Si bien la joven es actualmente la figura más importante del régimen después de su hermano, enfrenta una traba que, en un país tan conservador y aferrado a las tradiciones, parece difícil de superar. Nunca la dinastía Kim encumbró a una mujer de su familia. Nunca una mujer gobernó Corea del Norte.
LD/FF