A 25 años del accidente nuclear en la central de Chernobyl, todavía existe una cuenta pendiente que asegurará la protección de la zona por, al menos, 100 años más. Es que desde la explosión en el año 1986 y el intenso trabajo de los "liquidadores", los voluntarios que viajaron hasta el lugar para reducir las altas temperaturas del reactor 4, existe un pequeño sarcófago de acero, hormigón y plomo.
Esa frágil construcción es la que evita que el material radiactivo vuelva a fugarse en grandes cantidades al medio ambiente.
El principal problema que cuenta el gobierno ucraniano es el financiamiento de la faraónica obra: más de 1700 millones de euros. Hasta la fecha, un fondo que agrupa donaciones de todos los países lleva recaudados unos 700 millones de euros.
La obra, cuya plazo de construcción venció en 2007, es una gigantesca bóveda de 110 metros de alto (suficientes como para cubir al Obelisco porteño) y 257 metros de envergadura. Pesará más de 29 mil toneladas y su protección deberá evitar fugas en Chernobyl durante los próximos 100 años.
En la reciente visita del presidente ruso Dimitri Medvedev a Ucrania con motivo del 25 aniversario, ofreció una donación de 45 millones de euros para culminar las obras.
Se estima que el nuevo sarcófago estará listo para el año 2015.
Fuente: Agencias.