Se fue la segunda. Hillary Rodham Clinton y Donald John Trump cumplieron esta noche con el segundo de los tres debates estipulados para los dos principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Como ocurrió hace dos semanas, el encuentro dejó mucho que desear como espectáculo televisivo y como discusión política. Los postulantes del Partido Demócrata y el Republicano apenas lograron explayarse un poco más sobre sus posturas, pero terminaron concentrándose más en las chicanas, las acusaciones cruzadas y los escándalos sexuales.
Esos mismos escándalos sexuales fueron los protagonistas de la campaña en los últimos días. Primero cuando se filtró un audio de 2005 en el que Trump emitía comentarios violentos y misóginos sobre las mujeres. El "carpetazo" llevó a varios referentes republicanos a quitarle el apoyo al magnate inmobiliario, e incluso algunos pidieron su renuncia. El empresario contraatacó esta tarde, minutos antes del debate, cuando dio una conferencia de prensa con cuatro mujeres que denunciaron haber sufrido distintos tipos de acoso y ataques de parte de Hillary y su esposo, el expresidente Bill Clinton.
Por estos cruces, el debate comenzó tenso: los candidatos ni se saludaron al ingresar. Moderado por los periodistas Anderson Cooper (CNN) y Martha Raddatz (ABC), el encuentro tuvo formato "town hall" (ayuntamiento), en el que la mitad de las preguntas las realizaron los conductores y el resto estuvo a cargo del público. Así, los candidatos estuvieron sujetos a un escrutinio más duro de sus dichos que el 26 de septiembre pasado, pero además tuvieron chances de explayarse y conectar con los espectadores.
El primer cruce fue por el polémico audio de Trump. "No creo que lo hayan entendido, pero pido disculpas. Fue una discusión de vestuario. Nadie tiene más respeto por las mujeres que yo", justificó el republicano. Clinton salió al cruce: "Escuchamos a Donald hablando de mujeres y lo que les hace a las mujeres. Es claro para cualquiera que lo haya escuchado que representa exactamente lo que es. Lo hemos escuchado tratar mal a las mujeres; denigrando en muchas formas; sí, ése es Donald Trump", lanzó. "Son sólo palabras. Fallaron sobre las cuestiones internas de nuestro país. Yo voy a ayudar a los afroamericanos y a los latinos. Ella hizo un terrible trabajo por ustedes", replicó su rival, intentando desviar el tema.
El magnate luego pasó al ataque: "Bill Clinton abusó de esas mujeres y Hillary Clinton las atacó", sostuvo, en referencia a las denuncias que se encargó de difundir contra el expresidente. La demócrata replicó: "Michelle Obama me dijo que ‘cuando ellos caen bajo, hay que ir alto’. Trump nunca pidió perdón a los padres del soldado muerto en Irak; nunca pidió perdón a los periodistas, y nunca pidió perdón a Obama por acusarlo de no haber nacido en Estados Unidos".
Trump recordó el escándalo de los emails, ya que -cuando era secretaria de Estado de Obama- Clinton utilizó un servidor privado para asuntos públicos, en un cuestionable manejo de secretos de Estado. "Usted debe pedir perdón por los miles de emails; si gano, voy a designar un fiscal especial para investigarla", prometió el republicano. "Es una suerte que alguien con el temperamento de Donald Trump no esté a cargo de la justicia de nuestro país", dijo Hillary. Dio pie para la chicana de la noche: "Porque usted estaría presa", retrucó Trump antes de ser ovacionado.
El debate pasó a 'Obamacare', el proyecto de cobertura de salud con respaldo estatal (el sistema de salud en Estados Unidos es mayormente privado). El postulante republicano pudo plantear sus críticas: "Es un desastre; nunca va a funcionar; es carísimo para el país". Luego discutieron sobre el "islamismo radical" y Trump volvió a proponer restricciones para recibir inmigrantes y refugiados de países con historial terrorista. "¿Cómo vamos a hacer eso? Somos un país fundado por religiones diferentes", planteó Hillary.
El resto de la discusión se dividió entre la guerra civil en Siria, el combate con ISIS, la Rusia de Vladimir Putin, y la Corte Suprema estadounidense. Sobre el final, uno de los espectadores pidió que cada candidato diga algo positivo sobre su rival. "Su familia. Tenemos diferencias en todo, pero respeto el amor de él hacia su familia. Eso es importante", resaltó Clinton. "Realmente estoy muy orgulloso de mis hijos, lo considero un cumplido. Ella es una luchadora, pero no renuncia. Ella lucha bien, y no abandonó", respondió Trump.
El debate y el formato abierto pareció favorecer al candidato republicano, a quien se lo vio más cómodo y a la vez más agresivo que su rival. La demócrata pareció más a la defensiva, a pesar de llevar la ventaja en todas las encuestas. Ambos volverán a verse frente a frente el 19 de octubre a las 22, en Las Vegas. Será la última parada antes de las elecciones del 8 de noviembre.