La relación entre México y Estados Unidos resultó lastimada con la decisión del Congreso estadounidense de aprobar la construcción de un muro en su frontera sur para frenar la migración ilegal, que además generó un "clima de tensión" en esa zona, señaló el lunes el vocero presidencial, Rubén Aguilar.
"El gobierno de México expresa su enérgico rechazo al establecimiento de muros (...) ésta decisión lastima la relación bilateral en su conjunto, es contraria al espíritu de cooperación que debe prevalecer para garantizar la seguridad en la frontera común", dijo Aguilar.
Además anunció que el gobierno del saliente Vicente Fox "enviará una nota diplomática manifestando su posición ante la decisión del Congreso de Estados Unidos", que el viernes aprobó construir un muro de unos 1.200 kilómetros en la frontera con México. La medida deberá ser ratificada por el presidente George W. Bush.
Sin embargo el Congreso se tomó el receso previo a las elecciones legislativas de noviembre pero no aprobó una reforma migratoria que aportara soluciones a la cuestión de los inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos.
Esto fue criticado por el diario estadounidense The Washington Post que, en un breve editorial, calificó de "fracaso" la falta da acuerdo en el Legislativo para avanzar en este tema que hubiera abierto la puerta a una regularización, aunque fuera temporal, de los trabajadores ilegales en el país.
Según el diario, la falta de decisión del Congreso dejó a los gobiernos locales con "pocas directivas para manejar los desafíos que presenta la rápida inmigración".