El Alto tribunal penal iraquí condenó en apelación a morir en la horca al ex vicepresidente iraquí Taha Yasin Ramadan, quien el pasado noviembre había sido condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, por la ejecución de 148 chiitas en Dujail.
La decisión de la Corte Suprema se produce a pesar de los pedidos de funcionarios de la ONU y organismos de derechos humanos internacionales para que se le perdone la vida.
"Dios sabe que no hice nada malo", afirmó Taha Yassin Ramadan, poco antes de que el juez Ali alKahachi lo condenara a la muerte en la horca, según informó el diario La Tercera que cita a la agencia Reuters.
Ramadan había sido condenado en noviembre a cadena perpetua en el mismo caso por el que Saddam y otros dos ex funcionarios ya fueron ahorcados.
Una corte de apelaciones recomendó que Ramadan recibiera la pena de muerte y reenvió el caso al máximo tribunal para una decisión final.