Quien busque en la capital de Corea del Sur, Seúl, un refugio antiaéreo generalmente no necesita caminar mucho. Las estaciones del metro están instaladas a tanta profundidad que deben ofrecer protección a la población en los inicios de una eventual guerra con Corea del Norte.
El Corea del Sur, nadie quiere pensar en una reedición de la Guerra de Corea, que causó tres millones de muertos entre 1950 y 1953. Sin embargo, el temor a una escalada del conflicto en la península está aumentando. Pese a que la comunidad internacional lo prohíbe, el régimen comunista en Pyongyang aspira a construir armas nucleares de gran alcance, que eventualmente alcancen territorio estadounidense.
Corea del Norte ha realizado en los últimos años numerosos ensayos con misiles y podría estar a punto de llevar a cabo una nueva prueba nuclear, la sexta desde el año 2006, consignó DPA.
En Corea del Sur se ha extendido el temor de que un incidente imprevisto se salga rápidamente de control o que un ataque estadounidense contra instalaciones militares norcoreanas provoque represalias devastadoras. Frente a lo que considera una política enemistosa de Estados Unidos, el propio régimen comunista en Pyongyang ha amenazado una y otra vez con lanzar el primer ataque.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado varias veces con lanzar en solitario un ataque a Corea del Norte, de ser necesario sin el apoyo de China. Hace unos días ordenó el envío a aguas coreanas de una flota de buques de guerra, encabezada por el portaaviones "USS Carl Vinson".
Por su parte, el Gobierno de Corea del Sur intenta salir al paso de los rumores que hablan de una crisis de seguridad en la península. Un portavoz del Ministerio de Defensa en Seúl ha dicho que no cree en "evaluaciones exageradas de la situación".
Además, Corea del Sur está convencida de que Estados Unidos no lanzaría un ataque militar contra Corea del Norte sin una "estrecha cooperación" con Seúl. En estos momentos tampoco existen indicios que apunten a que Estados Unidos pueda llamar a sus ciudadanos en Corea del Sur, cuyo número se estima en más de 200.000, a abandonar este país.
Los analistas coinciden en que un ataque militar contra Corea del Norte entraña enormes riesgos y podría desatar una guerra con consecuencias devastadoras. En tal caso, la península de Corea se convertiría en una región "reducida a escombros con millones de cadáveres", augura el experto en Corea del Norte Rüdiger Frank, de la Universidad de Viena. Seúl, que está situada a solo 50 kilómetros de la frontera, puede ser machacada por la artillería y los misiles de corto alcance de Corea del Norte.
Corea del Sur calcula que Pyongyang cuenta con más de 13.000 piezas de artillería, la mayoría de ellas emplazadas a lo largo de la Zona Desmilitarizada (DMZ), que tiene una extensión de cuatro kilómetros. Incluso en caso que Corea del Sur lograra neutralizar la artillería norcoreana con ayuda de las tropas estadounidenses estacionadas en este país, un enfrentamiento dejaría grandes bajas.
El Gobierno de Corea del Norte sabe que con un ataque pondría en juego su propia supervivencia. Sin embargo, una guerra también haría retroceder años o décadas la pujante economía de Corea del Sur.
"Pese a la falta de recursos y equipos obsoletos, Corea del Norte, con su gran Ejército en posición avanzada, podría iniciar un ataque con un aviso a corto plazo o sin aviso", señala un informe de Pentágono. "El Ejército (norcoreano) tiene la capacidad para infligir importantes daños a Corea del Sur, sobre todo en la región entre la DMZ y Seúl". Además, los 1.000 misiles "Scud" y "Rodong" que se supone posee Corea del Norte pueden alcanzar prácticamente cada objetivo en Corea del Sur. Seúl estima que los misiles norcoreanos de alcance medio "Musudan", que tienen un alcance de entre 2.500 y 4.000 kilómetros, no solo pueden golpear objetivos en Corea del Sur, sino que también pueden alcanzar la base militar estadounidense en la isla de Guam, en el Pacífico occidental.
China teme los riesgos incalculables de un ataque militar estadounidense, que también podría afectar al gigante asiático, país vecino de Corea del Norte, sobre todo en caso de una escalada nuclear. Algunos analistas creen que las Fuerzas Armadas chinas probablemente estén preparadas para intervenir para, de ser necesario, hacerse rápidamente con el control de las armas nucleares de Corea del Norte. "Un país siempre tiene planes para situaciones de crisis", afirma el experto en Corea del Norte Jin Qiangyi, de la Universidad de Yanbian, en la provincia china de Jilin.
La situación está escalando en estos momentos, advierte Jin. "Si Corea del Norte realiza ahora una prueba nuclear o el ensayo de un misil, la situación se vuelve muy grave. Si (Corea del Norte) muestra contención, es posible que la crisis pase".