Cuatro palestinos murieron ayer abatidos por fuerzas de seguridad israelíes y por un colono, en cinco nuevos incidentes de la “Intifada de los cuchillos”. Según el gobierno de Israel, las víctimas fatales protagonizaron intentos de apuñalamiento en Jerusalén Este, Hebrón y un puesto de control cerca de Ramala. Los incidentes se enmarcaron en la espiral de violencia que lleva 17 días y se cobró la vida de siete israelíes y 41 palestinos.
El último de los ataques se registró ayer por la noche en el puesto de control militar de Kalandia, uno de los accesos a la ciudad cisjordana de Ramala, y se saldó con la muerte del agresor, que no logró atravesar con un cuchillo el chaleco antibalas del efectivo israelí. Poco antes, en otro intento de apuñalamiento en Hebrón, un soldado fue herido por un joven palestino, quien quedó en estado crítico tras ser tiroteado por un grupo de militares. Esa ciudad también fue escenario de tres episodios similares. Uno de ellos concluyó con la muerte de una palestina de 17 años, ultimada por una agente de la Guardia de Fronteras israelí a la que había herido levemente con un arma blanca. En otro, un colono israelí asesinó a un palestino de 18 años que supuestamente habría intentado apuñalarlo. Poco después, se produjo un intento de agresión frustrado en una colonia judía de Jerusalén Este, donde un joven de 16 años atacó a efectivos de seguridad que le dieron el alto para inspeccionarlo. El incidente culminó con la muerte del atacante y con un uniformado israelí herido en el brazo.
“La propaganda que incita a jóvenes palestinos a llevar a cabo estos ataques creó en Israel un consenso nacional muy amplio que ayuda psicológicamente a enfrentar esta ola de terror”, dijo a PERFIL Yoav Tenembaum, politólogo de la Universidad de Tel Aviv.
En el plano internacional, Estados Unidos llamó al premier israelí Benjamin Netanyahu y al presidente palestino Mahmoud Abbas a bajar la tensión para “acabar con la reciente ola de violencia”, ante el temor de un recrudecimiento de la “Tercera Intifada”, cuya punta de lanza son jóvenes armados con cuchillos