La cumbre de la Celac, que comenzó este martes en Cuba, reflejó el apoyo de latinoamérica al país anfitrión frente a Estados Unidos. Este grupo de 33 países que excluye a Estados Unidos y Canadá, inició su cónclave con una sesión plenaria pública presidida por el mandatario cubano, Raúl Castro, a la que siguió la única reunión a puertas cerradas entre los presidentes. Los gobernantes deben suscribir este miércoles una declaración de más de 80 puntos con temas que van desde la lucha contra la pobreza al desarme.
Algunos analistas estiman que la cumbre significa una potente señal a Estados Unidos de que esta región de 600 millones de habitantes ya no acepta el aislamiento de Cuba. Sin embargo, por más presión que se ejerza, es difícil de creer que la política de Washington vaya a cambiar en los próximos tiempos. "Hace años que las democracias de América Latina vienen pidiendo el fin al embargo (a Cuba, vigente desde 1962). Hace años que Estados Unidos viene haciendo caso omiso a esa petición", declaró a la agencia AFP el politólogo Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York.
El miércoles, en la clausura del cónclave, Cuba entregará a Costa Rica la presidencia rotativa de la Celac que ejerció el último año, el máximo reconocimiento diplomático dado por la región a la isla comunista en medio siglo. En la cumbre participarán los 33 países del bloque, aunque no todos los gobernantes.
Humala y Piñera frente a frente. La cita servirá además para que los presidentes de Perú, Ollanta Humala, y de Chile, Sebastián Piñera, se encuentren cara a cara por primera vez después del histórico fallo del lunes del Tribunal Penal Internacional de La Haya, favorable a Lima, en un litigio por los límites marinos. Ambos mandatarios fueron los últimos en confirmar su asistencia a la II cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), pues su agenda había estado copada por el juicio en La Haya.
Humala llegó este martes a Cuba para asistir desde el comienzo al cónclave, mientras que Piñera recién se integrará el miércoles, acompañado por la presidenta electa, Michelle Bachelet, que lo sucederá en el mando el 11 de marzo.
Entre domingo y lunes llegaron a la isla la mayoría de los mandatarios, entre ellos el uruguayo, José Mujica, quien pretende mediar en el proceso de paz para Colombia, cuyas negociaciones se desarrollan desde hace 14 meses en La Habana.
La costarricense Laura Chinchilla destacó la labor de Cuba al frente de la Celac, a su llegada a la isla el lunes en la noche, afirmando que "ha abonado al fortalecimiento de América Latina y el Caribe".
También llegaron el lunes el venezolano Nicolás Maduro y el paraguayo Horacio Cartes, cuya presencia en Cuba marca el retorno de su país al bloque, del que había sido suspendido en 2012.
Todas las naciones del Caribe, que tienen muy buenas relaciones con La Habana, están presentes en esta cumbre, la primera de la Celac después de la muerte de su principal impulsor, el expresidente venezolano Hugo Chávez.
Esta es la reunión regional de mayor realce que preside Raúl Castro, quien ha dado ciertos pasos de liberalización económica tras sustituir en el mando a su hermano enfermo Fidel en 2006, aunque ha descartado una apertura política.
En los últimos días disidentes cubanos han denunciado una ola de arrestos, entre ellos de algunos activistas que pretendían participar este martes en La Habana en un foro opositor.