Blacksburg – Los Estados Unidos se encontraba conmocionado este jueves, tras la emisión de los videos que el autor de la masacre de Virginia Tech divulgó poco antes de quitarse la vida. La difusión de las cintas despertó una gran polémica y, además, alimentó ciertos interrogantes acerca de cómo el estudiante Cho Seung-Hui pudo sortear la vigilancia de las autoridades del centro educativo.
Desperdigadas una y otra en los canales de televisión de todo el país y en todas las universidades norteamericanas, las imágenes de Cho Seung-Hui, posando con su arma y con rostro amenazante, reforzaron la imagen de un joven gravemente perturbado, colmado de violencia y de odio.
“Ustedes me arrinconaron y me dejaron una sola opción”, acusó el joven surcoreano en uno de los 23 videos enviados a la cadena estadounidense NBC. “Había cien mil millones de opciones y maneras que hubieran evitado lo que pasó hoy. Pero ustedes decidieron derramar mi sangre. (...) Ahora tienen sus manos manchadas de sangre para el resto de sus vidas”.
En la oleada de motivos que dio el joven asesinado, tras cartas, una treintena de fotos y 23 cintas de video, se presenta como un mártir, responsabiliza a los ricos, se refiere a Jesús y a los dos jóvenes autores de la masacre en Columbine. En una de las imágenes, el joven aparece con dos de las pistolas que más tarde utilizó para asesinar a los 32 alumnos y profesores de la universidad donde cursaba sus estudios de inglés.
Desde la cruenta matanza, entre los principales interrogantes que se hacen los norteamericanos figuran por qué un alumno, que ya había sido detenido por la policía en el campus del centro universitario durante 2005, acusado por alumnas que lo denunciaron por acoso, y luego internado en un hospital psiquiátrico, pudo finalmente burlar la seguridad de esa institución.
El jueves, un día después de la difusión de los videos, los dirigentes de Virginia Tech rechazaron las acusaciones de inacción. “Sé que hemos seguido nuestros procedimientos correctamente en el pasado, hemos reaccionado de acuerdo a las informaciones que disponíamos en el momento, y ahora tenemos más información”, se defendió el vicepresidente de la universidad, Ed Spencer, en una rueda de prensa. “Pienso en la seductora tentación de acusar, y espero que ninguno de nosotros vaya en esa dirección”, agregó el funcionario.
Por su parte, el jefe de la Policía de Virginia Tech lamentó la difusión masiva del video por parte de la NBC. “Me decepcionó la decisión editorial de emitir estas imágenes perturbadoras”, subrayó Steven Flaherty, dando énfasis a que, hasta hace poco tiempo atrás, solamente los profesionales asignados al caso habían visto esas imágenes. “Lamento que todos ustedes hayan sido expuestos a esas imágenes –aseguró–. Detesto la idea de que personas que no estaban acostumbradas a ello debieron ver este tipo de imágenes”.
El oficial indicó además que el contenido del paquete de cartas, fotografías y videos enviados por Cho Seung-Hui por el momento no había aportado muchos elementos a la investigación: “El paquete simplemente confirmó lo que ya sabíamos sobre varios aspectos”.
L a polémica toca también a la reacción policial entre las dos horas de diferencia que hubo entre los ataques: el primero que dejó dos muertos en un edificio de dormitorios y el segundo 30 en un edificio de salones de clase. Según el New York Times, la Policía, tras el primer ataque, habría seguido una pista falsa y perseguido a un joven que no era el indicado. Los investigadores se encuentran estudiando si Cho aprovechó esas dos horas para enviar su paquete a la NBC: el sello postal indica que fue despachado en Blacksburg el lunes una hora y media tras el primer ataque y menos de media hora antes del segundo.
No obstante, la Policía no ha podido confirmar si el propio joven despachó el paquete: el lunes era la fecha límite para presentar las declaraciones de impuestos en Estados Unidos y la oficina postal se encontraba desbordada de gente, por lo que los recuerdos de los empleados no son precisos.
Fuente: AFP