El grupo islámico Abu Sayyaf, vinculado a la red Al Qaeda, decapitó a los siete trabajadores que mantenía secuestrados desde el pasado lunes en la isla de Joló, al sureste de la capital de Filipinas, según informó hoy la televisión ABS-CBN.
El comandante de la 104 Brigada de Infantería del Ejército filipino, coronel Mark Supnet, dijo que dos de las cabezas fueron introducidas en bolsas que llegaron a un destacamento militar cerca de Parang.
"Dos hombres armados obligaron detener a un vehículo Tamaraw -el más habitual en la región- y ordenaron al conductor depositar las bolsas en la base del Ejército", mientras los otros cinco cadáveres fueron abandonados a unos 200 metros de allí, dijo la misma fuente, según informó el portal Terra que cita a EFE.
Seis de los rehenes -Roger Francisco, Dennis de los Reyes, Moisés Agustin, Wilmen Santos, Louie Teodoro y Toto Millas- eran obreros que reparaban una ruta en el lugar donde fueron capturados, mientras el séptimo, cuya identidad todavía se desconoce, era un operario de una empresa alimenticia, dijo Supnet.
Todos viajaban juntos en un camión cuando hombres fuertemente armados detuvieron el vehículo y los apresaron.
Según se informó, Abu Sayyaf, vinculado a la red Al Qaeda, exigió 104.877 dólares para liberar a los rehenes que podrían haber sido capturados y decapitados en represalia por la matanza de 70 de sus miembros por parte del ejército, incluyendo dos importantes líderes.