El presidente Michel Temer aparece junto a sus predecesores de izquierda, Lula da Silva y Dilma Rousseff, en una lista de presuntos beneficiarios de sobornos pagados por el conglomerado J&F de los hermanos Batista.
La lista fue entregada a la fiscalía general por el presidente del grupo y dueño de JBS, la mayor empresa cárnica del mundo, Joesley Batista, en el marco de un acuerdo de delación premiada.
Ricardo Saud, director de relaciones institucionales de J&F, asegura que la empresa benefició a Temer en la campaña de 2014, cuando fue electo vicepresidente de Rousseff, con pagos ilegales por un monto de 15 millones de reales, en retribución de una "actuación favorable" a los intereses de J&F.
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Ya presidente, Temer habría pedido este año, junto al diputado de su partido (PMDB) Rodrigo da Rocha Loures, un 5% de los beneficios obtenidos para acabar con el monopolio de la estatal Petrobras en el suministro de gas, una medida que habría beneficiado a la Empresa Productora de Energía en Cuiabá (Mato Grosso) bajo control de J&F.
Ni Temer ni el palacio de Planalto han hecho declaraciones al respecto, aunque el jueves el mandatario rechazó todas las acusaciones de Batista y sostuvo que su actuar fue siempre correcto.
Joesley fue quien grabó secretamente una conversación comprometedora con Temer, que podría costarle la presidencia, en tanto que otros directivos del grupo lanzaron señalamientos con potencial tanto o más destructivo que los que hicieron 77 exejecutivos de la constructora Odebrecht, implicada en el escándalo Petrobras.
JBS es considerada unas de las mayores empresas donantes de dinero en las campañas electorales de los últimos años en Brasil.