La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció hoy ante la comunidad internacional reunida en Naciones Unidas el "grave momento" que vive su país, al tiempo que evitó referirse al golpe de Estado que según ella está viviendo la nación sudamericana.
En referencia al proceso de destitución en el que está envuelta la mandataria, Rousseff afirmó que el pueblo "sabrá impedir cualquier retroceso" democrático.
"No puedo terminar mis palabras sin mencionar el grave momento que vive Brasil", afirmó la mandataria, que participa de la reunión por el acuerdo sobre Cambio Climático.
"Brasil es un gran país, con una sociedad que supo vencer el autoritarismo y construir una pujante democracia", agregó en su breve discurso de apenas nueve minutos, en el que agradeció además a "todos los líderes" que le expresaron su "solidaridad" por su destitución.
La presidente de Brasil está amenazada por un juicio de destitución por presunta manipulación de las cuentas públicas. El Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), al que pertenece Rousseff, denunció un intento de "golpe de Estado" liderado por Michel Temer y por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.