Si la ex primera dama Hillary Clinton logra transformarse en la primera mujer jefa de Estado de Estados Unidos en 2008, el país habrá sido gobernado durante al menos 24 años (28 si luego es reelegida) por sólo dos familias: los Bush y los Clinton.
Para millones de jóvenes estadounidenses nacidos a partir de 1989, cuando asumió George Bush padre (1989-1993), los presidentes siempre fueron un Bush o un Clinton. El demócrata Bill Clinton gobernó entre 1993-2001.
El período 'Bush-Clinton' podría perdurar varios años más si Hillary sucede en 2008 al actual presidente George W. Bush, que asumió en 2001 y fue reelegido en 2004.
"El caso está asociado al costo astronómico de las campañas electorales estadounidenses, a la necesidad de que los candidatos tengan un nombre fácilmente reconocible desde los primeros sondeos, a efectos de poder recolectar fondos y a la complejidad de lograr construir una campaña", analizó Linda Fowler, profesora de ciencias políticas de Dartmouth College (Nueva Hampshire,
noreste).
"Es un círculo vicioso", agregó . "Los que donan dinero no contribuyen a una campaña si sienten que el candidato no tiene chances de ganar". A su vez, "una de las formas que tienen los candidatos de demostrar que tienen chance es probar que los electores ya los conocen y los apoyan", dijo a la agencia AFP.
Hillary Clinton aplasta a sus rivales dentro del Partido Demócrata, y dispone de una red de contactos y un capital político de campaña amasado con la ayuda de su esposo ex presidente. Además, la sola participación de Bill Clinton en un evento de la campaña de su mujer dispara la cobertura mediática y las contribuciones.
Sin esta dinámica, Hillary Clinton no habría podido ser una candidata viable al Senado en el año 2000 ni hoy la favorita a disputar la Casa Blanca por el Partido Demócrata, explican los expertos.
Sin su marido, Hillary sería candidata a la Presidencia, pero no de Estados Unidos sino de una universidad de la costa este, ironiza Maureen Dowd, editorialista del New York Times.
Algo parecido ocurre con George W. Bush, lanzado por las redes paternas en sus campañas, primero a gobernador de Texas y luego a la Presidencia.
La cuestión de las dinastías políticas aparece cada vez más en los debates.
Interrogada recientemente sobre el tema, Hillary Clinton hizo malabares para negar la cuestión. "Pienso que Bill era un buen presidente", dijo, acotando que ella es una candidata "por cuenta propia" que "se presenta sola".
Bill Clinton tuvo una salida elegante: "En realidad la verdadera pregunta sería: '¨Hay que eliminarla porque es mi esposa, siendo que además es la mejor calificada para la Presidencia?'".