Quito.- Ecuador decidió que los finalistas a la segunda vuelta presidencial sean Alvaro Noboa y Rafael Correa, el primero populista de derecha, el segundo populista de izquierda, opciones que además de demostrar una polarización de esta nación, evidencian un agotamiento de los partidos políticos tradicionales.
Ecuador se mostró fragmentado, sin mayorías asentadas en las estructuras de los partidos y decidiendo el apoyo a los candidatos a última hora. En lo que coincidieron los votantes fue en su búsqueda del cambio. ¿Hacia dónde? La respuesta es una incógnita pero las opciones están dadas ya: la votación fue hacia los dos postulantes, de los trece que se presentaron a la elección, que tomaron las posiciones más fuertes.
La estabilidad y las condiciones de gobernabilidad de Ecuador no se resuelven en esta elección y queda la duda persistente de si el nuevo mandatario, que será elegido el 26 de noviembre tras una campaña que se avizora violenta, podrá gobernar los cuatro años que establece la ley. No lo ha logrado ninguno de los presidentes que eligieron los ecuatorianos en la última década.
La mención del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue una constante en la campaña electoral ecuatoriana para alabarlo o para criticarlo. Su influencia real en la campaña no se ha demostrado, pero la coyuntura hace que esta elección en Ecuador forme parte de definiciones geopolíticas que se dan en América Latina en la hora actual: con Correa, economista de postulados radicales, se consolidaría el eje latinoamericano de Hugo Chávez y Evo Morales. Con Noboa, el hombre más millonario de Ecuador, esta nación se iría más cerca de Alvaro Uribe y de Alan García y, por supuesto, de Estados Unidos.
Para el periodista Javier Ponce, Correa es más ideológico, propone el cambio estructural con la convocatoria a Asamblea Constituyente con plenos poderes de por medio. Con Noboa, más práctico, vendrá la dádiva como filosofía de Estado y el aperturismo.
El analista Polibio Córdova, de la empresa encuestadora Cedatos-Gallup, ve un "populismo académico" en Correa y un "populismo caciquista" en Noboa.
Para el sociólogo Simón Pachano, esta elección marca el fin del sistema de partidos políticos por su falta de renovación y de representatividad, establece que no hay democracia sin partidos pero señala que Ecuador vive ya un periodo relativamente largo hacia la formación de nuevas estructuras que aún no se pueden definir.
Los dos candidatos finalistas de las elecciones ecuatorianas están auspiciados por movimientos que formaron para postularse a la presidencia, los dos carecen de experiencia en el manejo público, sus caminos son diametralmente opuestos y el triunfo de uno o de otro definirá el camino que Ecuador tomará ¿para los próximos meses? O ¿para los próximos años? La sensación de inestabilidad no se ha disipado.
Ecuador entre dos populismos opuestos
El sorprendente resultado de las elecciones presidenciales dejó al país en medio de una marcada polarización entre el magnate de derecha Alvaro Noboa y el izquierdista Rafael Correa.
