Luego de varias amenazas por parte de la Administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, finalmente las fuerzas norteamericanas participan en un ataque directo contra el régimen de Bashar Al Assad, desoyendo las advertencias del ruso Vladimir Putin.
Fuentes oficiales confirmaron a medios estadounidense que fueron lanzados al menos "50 misiles guiados Tomahawk" contra objetivos sirios.
Estados Unidos ya había amenazado en las últimas horas a Siria con una respuesta militar tras el presunto ataque químico que dejó al menos 86 muertos esta semana y provocó la indignación de la comunidad internacional. Pero Rusia le advirtió de "consecuencias negativas" si decide actuar contra su fiel aliado en la región.
"Si hay una acción militar, toda la responsabilidad recaerá sobre los que hayan iniciado una empresa tan trágica y dudosa", había declarado horas atrás el embajador ruso ante la ONU, Vladirmi Safronkov, a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria.
La participación efectiva de Trump en el conflicto sirio da un vuelco a la estrategia militar de Estados Unidos tras seis años de guerra civil. "Lo que Asad ha hecho es terrible. Lo que ha ocurrido en Siria es realmente un crimen chocante", dijo Trump a la prensa antes de viajar al estado de Florida, donde le esperaba el presidente chino Xi Jinping. "Lo que pasó en Siria es una desgracia para la humanidad. Y Asad sigue ahí, y supongo que es el que manda, y por eso pienso que algo debe ocurrir", apuntó el mandatario.
Hace apenas una semana, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo que la salida de Asad del poder no constaba entre las "prioridades" de Washington.
El presidente ruso, Vladimir Putin, había hecho un llamado a la comunidad internacional a no apresurar un juicio sobre lo ocurrido antes de que se realice una investigación completa. Putin alertó contra "el carácter inaceptable del hecho de haber acusaciones infundadas contra quien sea antes que haya una investigación internacional e imparcial".
