El acceso a la vivienda propia era una etapa clave del "sueño americano", pero hoy ese símbolo de la movilidad social se desvanece, y con él se encadena un círculo vicioso del que los expertos no ven la salida, luego de un año de crisis.
Esta espiral infernal se extiende al conjunto de la economía, como lo subrayó a comienzos de julio el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien alertó que la caída del mercado inmobiliario es "una causa importante de la desaceleración de la actividad económica en sentido amplio".
Muchas familias modestas vieron en las facilidades de crédito acordadas por los bancos la oportunidad de comprar una vivienda: en cinco años, la proporción de hogares que aportaron menos de 20% del capital necesario para la compra de un casa o un apartamento pasó de 45% a 58%. Pero los bancos hicieron pagar esta facilidad de crédito con tasas de interés que superaban el promedio.
Mientras el mercado inmobiliario era alcista, los deudores podían vender la propiedad o renegociar el préstamo, si no estaban en condiciones de pagarlo. Pero con los precios de las propiedades en baja, "esta puerta de salida se cierra", explica William Emmons, economista de la Reserva Federal de St-Louis (Misuri, centro) en un estudio. "Todo revés financiero puede transformarse rápidamente en cesación de pago", recordó.
Finalmente, los bancos pueden embargar las viviendas: en 2007 fueron iniciados 2,2 millones de trámites de embargo, según la consultoría RealtyTrac. Las familias sobre-endeudadas son expulsadas, las viviendas abandonadas se degradan y ello afecta la categoría del barrio, por lo que el banco debe liquidar la propiedad, haciendo bajar los precios del mercado. "Si hay muchas viviendas desocupadas, en cierto momento se produce ese fenómeno", señala Leif Haase, un dirigente del centro de investigaciones New American Foundation, de California (oeste).
En la capital del Estado, Sacramento, gravemente afectada por la crisis inmobiliaria "se puede ver algunas manzanas donde 3 ó 4 casas fueron embargadas y permanecen vacías. Sin hablar de los edificios construidos y no habitados, porque la gente no quiere vivir en ciudades fantasmas".
La pregunta ahora es si se tocó fondo. En la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR), son optimistas. El jefe de economistas de la NAR, Lawrence Yun, dijo a la AFP, que las ventas comienzan a mejorar: "los mercados más afectados, como Florida (sureste), California, la región de Las Vegas (Nevada, oeste) o Phoenix (Arizona, suroeste) registran en los últimos dos meses un alza notable del número de ventas, luego del descenso de los precios", incluso con una duplicación de las ventas en la región de Sacramento.
Gary Lee, un agente inmobiliario de Sacramento especializado en la venta de viviendas recuperadas luego de embargadas, afirma que sus ventas nunca fueron más rápidas. Hace dos meses vendía una o dos casas por semana, mientras que ahora vende de cinco a siete, por lo que debió alargar su horario, trabajando de 7 a 23 horas.
Sin embargo, no aventura un plazo para el fin de la crisis, con "la nueva ola de despidos" en la región, el cierre de un concesionario automotor y de varias empresas pequeñas de la zona. "Honestamente no lo sé. Me dicen que en 2009".