El Lava Jato ya contagia al resto de América Latina. Los largos tentáculos de la Justicia brasileña insinúan que las grandes constructoras de ese país podrían haber cometido ilícitos en la región para conseguir la adjudicación de obras públicas. En el expediente del juez de Curitiba Sergio Moro y en las investigaciones de la fiscalía apuntan hacia Cuba, Colombia, Ecuador, Perú, República Dominicana, Panamá y la Argentina. Ante la repercusión internacional de los ilícitos, la Justicia peruana envió dos fiscales a Brasil, para interiorizarse de los indicios sobre crímenes cometidos en la construcción del Corredor Bioceánico, una faraónica autopista que conecta los dos países. Además, Suiza abrió su propia causa penal, por la utilización de bancos helvéticos en el supuesto pago de sobornos.
El gobierno brasileño evalúa el impacto del escándalo de corrupción que involucra a Odebrecht y teme que la mayor constructora del país pueda perder contratos en el exterior. “En el alto escalón del gobierno federal, dicen que el Operativo Lava Jato es un ‘desastre internacional’ porque va a reducir la participación de las constructoras brasileñas fuera del país”, publicó esta semana el diario Folha de São Paulo. “Los chinos nos van a devorar en Africa”, confió un ministro del gabinete de Dilma Rousseff al diario paulista.
“El mensaje que Brasil está enviando con una investigación de esta escala es una clara batalla contra la corrupción en la región”, declaró el viernes el fiscal general de Perú, Pablo Sánchez. Recogiendo ese guante, Ecuador decidió abrir una auditoría sobre todos los contratos de Odebrecht en el país. En Colombia, el vicepresidente Germán Vargas Lleras declaró que si esa empresa es condenada por corrupción, debería ser inhabilitada para participar de licitaciones.
En la Argentina, en tanto, PERFIL adelantó en diciembre de 2014 que el juez Moro había secuestrado documentación perteneciente al cambista Alberto Yousseff, imputado por participar del esquema de sobornos que señalaban el financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) de 257 millones de dólares a OAS para la construcción de una serie de gasoductos en Córdoba. Sin embargo, la empresa perdió la licitación y la obra nunca se realizó.
Lula, por su parte, es acusado de hacer lobby para que Odebrecht consiga licitaciones en Cuba y en República Dominicana. El contagio del Lava Jato al resto de la región implicaría la apertura de causas en decenas de países, con eventuales conexiones locales de reparto de sobornos y la multiplicación del escándalo internacional.
