La portación de armas en Estados Unidos es uno de los hechos que más preocupa a los candidatos a la presidencia del país, que coinciden en señalar que el mayor control de la tenencia en la población civil será una de las claves de su Gobierno.
Un nuevo estudio indica que el 45% de los hogares estadounidenses posee un arma, o sea que existen 200 millones de armas en circulación para una población de 300 millones de personas.
El poco control de la portación de armas en la población civil facilita que cualquier adolescente pueda tener armas en su casa. Esta característica de la sociedad norteamericana propicia hechos de violencia repetidos, como los que suceden en las escuelas y universidades de Estados Unidos donde un alumno armado ingresa, comienza a disparar y mata a sus compañeros de curso con total impunidad.
El director de cine Michael Moore retrató la masacre de Columbine en la película Bowling for Columbine, en la que manifiesta la hipótesis descarnada de que Estados Unidos es violenta porque sus habitantes están paranoicos y si tienen acceso a las armas no pueden más que salir a matar.
En 2006, los fabricantes de armas estadounidenses produjeron 1,5 millón de rifles, 1 millón de pistolas, 714.000 escopetas y 382.000 revólveres. Solamente 367.000 de estas armas fueron exportadas, según las estadísticas de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF).
Las armas de fuego son responsables de aproximadamente 30.000 muertes cada año en Estados Unidos (58% de suicidios, 40% de asesinatos y 2% de accidentes).
Desde 1994, una ley federal impone a los vendedores y reparadores de armas la verificación de los antecedentes de toda persona que quiera adquirir un arma. Prohibe la compra a condenados por crimen, drogadictos, autores de violencias conyugales e individuos que sufren deficiencias mentales.
Las reglamentaciones varían para cada Estado. Algunos, pero no todos, prohiben la venta a menores, o imponen un tiempo de reflexión para reducir los gestos pasionales. Otros preveen un entrenamiento especial o la inscripción en un registro antes de autorizar el porte del arma.
Hillary Clinton, precandidata presidencial del Partido Demócrata, se muestra a favor del establecimiento de un registro nacional para que queden contabilizadas todas las ventas de armas. “Soy una convencida de que los estadounidenses, en nombre de la nación, están listos para hacer lo necesario para que las armas no caigan en las manos de las personas que no corresponde”, aseguró en uno de sus últimos discursos.
Barack Obama dice que espera que los líderes del país estén preparados para enfrentar el lobby de los productores de armas y hacer que no ingresen a los barrios más violentos de las ciudades.
El Partido Republicano históricamente es más permisivo con el uso de las armas de fuego. Sin embargo, el candidato John McCain propicia un mayor control en la portación de armas.