Un año después de lo que marcaba el calendario electoral, los venezolanos votarán hoy gobernadores, en un escenario marcado por la apatía, la frustración y la desesperanza, tras cuatro meses de violentas protestas que dejaron 125 muertos pero no forzaron al gobierno de Nicolás Maduro a modificar el rumbo político y económico de la Revolución Bolivariana.
Muchos de los 18 millones de venezolanos habilitados para votar evalúan no concurrir a las urnas. La oposición llega dividida a una batalla crucial contra el chavismo: algunas agrupaciones llamaron a la abstención y no presentaron candidaturas, mientras que otras optaron por la disputa electoral. “Hay una diferencia entre ‘intención de voto’ y ‘seguridad de votar,’ que golpea más a la oposición que al chavismo. Estos últimos militantes están más predispuestos a votar que los de la oposición”, explicó a PERFIL el sociólogo Rafael Delgado Osuna, presidente de la consultora Varianzas.
El presidente reforzó la incertidumbre de sus adversarios, al anunciar que los gobernadores electos tendrán que jurar frente a la Asamblea Nacional Constituyente y que, por lo tanto, votar significaría legitimar ese cuerpo, cuestionado por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y por gran parte de la comunidad internacional.
Para Luis Vicente León, titular de la encuestadora Datanálisis, “si las elecciones tuvieran participación plena y fueran transparentes y competitivas, la oposición podría ganar entre 18 y 21 gobernaciones”, pero ese escenario es improbable debido a la alta abstención.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) controla 17 gobernaciones. Hoy podría perder varias de ellas, pero si lograra repartirse los distritos mitad y mitad con la oposición, podría proclamar una victoria, teniendo en cuenta que este año el PBI caerá un 12% y la inflación registrará un 652%, según el FMI.
“La oposición oscila entre el 47% y 55% de intención de voto y el chavismo, entre el 27% y 37%. Estas brechas se cierran cuando incluimos la variable de seguridad en la participación”, agregó Delgado. “A medida que aumentan los índices de abstención, la oposición pierde fuerza electoral, se reduce su brecha de ventaja y aumentan las probabilidades de que el chavismo se cuele en zonas donde no representa la mayoría”, opinó León.
La MUD deberá superar otro obstáculo. El Consejo Nacional Electoral reubicó 205 centros electorales. Por eso, la oposición diseñó un plan para trasladar a sus votantes a las sedes designadas.