El Parlamento británico, considerado como uno de los edificios más simbólicos del mundo, se hunde lentamente en el río Támesis, provocando una peligrosa inclinación a la torre del Big Ben.
El erario británico enfrenta gastos de hasta 1.000 millones de libras esterlinas (1.554 millones de dólares) para estabilizar las históricas Casas del Parlamento de un hundimiento crónico.
El problema es tan grave que un grupo de parlamentarios quedó a cargo de elaborar un plan radical, que incluye la venta del edificio, ubicado frente a la Abadía de Westminster, y el traslado del Parlamento a otro sitio más seguro.
Esa posibilidad le podría costar al Tesoro hasta 780 millones de dólares.
Aunque es improbable que los políticos británicos decidan finalmente abandonar el sitio que es símbolo del poder desde hace más de 1.000 años, fue el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, quien sugirió la idea, lo cual indica la escala del problema, según escribió hoy el dominical Mail on Sunday.
Los parlamentarios tienen previsto mantener una reunión de emergencia en Londres para considerar todas las opciones.
La Comisión pluri-partidaria de la Cámara de los Comunes, presidida por Bercow, analizará los documentos de los arquitectos y expertos acerca de los riesgos de hundimiento del Palacio de Westminster por las napas de barro del Támesis, y evaluará los problemas eléctricos, riesgos de incendios y otras amenazas de seguridad.
Incluso las viejas calderas del edificio, que datan de antes de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), estarían "a punto de estallar".
Las tareas de reparación del edificio, que podrían comenzar al final de la década, llevarán al menos cinco años en completarse, con grandes secciones del edificio inhabilitadas por años, y la posibilidad de que los parlamentarios tengan que ser mudados a otra sede de forma temporal.
Se estima que en ese caso, la Cámara de los Comunes deberá ser abandonada por al menos dos años.
Una fuente del Parlamento declaró al Mail que el edificio de estilo neo-gótico "es un desastre elegante" que "se está hundiendo lentamente en el barro".
"Los contadores afirman que no es lógico gastar 1.000 millones de libras para reparar un edificio que vale 1.000 millones", destacó el informante.
"Así que la opción es gastar el dinero y ser extravagantes, o abandonar uno de los edificios más icónicos del mundo y vendérselo a los rusos o a los chinos", agregó.
Los problemas más graves que enfrenta el Parlamento son los de hundimiento luego de décadas de vibraciones provocadas por los vagones del metro que pasan por debajo del edificio, y por la construcción de un parque de estacionamiento subterráneo. Las vibraciones provocaron que la torre del Big Ben se inclinara 45 centímetros de la línea vertical, suficiente para que sea notado por los turistas y visitantes.
También se registraron rajaduras en algunas de las paredes del añejo edificio.
El Palacio de Westminster, el lugar en el que se reúnen las dos cámaras del Parlamento (la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes) y que desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad nombrado por la UNESCO, sirvió inicialmente como residencia real, pero ningún monarca ha vivido en él desde el siglo XVI. La mayor parte de la estructura actual data del siglo XIX, fecha en la que el palacio fue reconstruido después de un incendio en 1834, que destruyó la mayor parte del edificio.
El palacio, recreado por los arquitectos sir Charles Barry y Augustus Pugin contiene más de mil habitaciones, siendo las más importantes las correspondientes a los Salones de la Cámara de los Lores y de los Comunes, además de salas de reunión, bibliotecas, pasillos, comedores, bares y gimnasios.
Fuente: ANSA