El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, moderó ayer su posición sobre las protestas de Baltimore, al sostener que es “vital” que se conozca la verdad sobre la muerte de Freddie Gray, que falleció por una lesión en la columna vertebral provocada dentro de un patrullero de la policía de esa ciudad. El mandatario también pidió que se respete el debido proceso y la presunción de inocencia de los uniformados, minutos después de que la fiscalía los imputara por homicidio. El martes, Obama había cuestionado duramente a los manifestantes. “No hay ninguna justificación para la violencia. Aquellos que son responsables deben ser tratados como criminales”, disparó, por ese entonces, el primer presidente afroamericano en la historia del país.
Su acusación no pasó inadvertida. “Criticó las protestas porque algunas de ellas derivaron en ataques a la propiedad privada de personas de la comunidad”, explicó a PERFIL David Remnick, director de The New Yorker y autor del libro El puente. Vida y ascenso de Barack Obama. El jefe de Estado pasó de sostener que Trayvon Martin, un joven asesinado en 2012 en Florida, podría ser su hijo a criminalizar las protestas raciales que estallaron en Baltimore y se propagaron a otras ciudades.
Su giro buscó hacer equilibrio en un país políticamente polarizado y con heridas abiertas desde los años de la segregación racial. “El legado de racismo institucional está inmerso en la vida cotidiana, no hay dudas de ello. Tampoco hay dudas de que el país hizo enormes progresos durante décadas y no podemos decir que en 2015 pasa lo mismo que en 1860 o 1960. Pero las tasas de jóvenes negros encarcelados crecen, la inequidad en las estadísticas se dispara, y muchos en Estados Unidos sienten que son dejados de lado, sin acceso a la igualdad de oportunidades”, opinó Remnick.
Desde la Asociación de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) pidieron interrumpir el ciclo de violencia que impera en los Estados Unidos. “Debemos reconocer que la trágica muerte de Freddie Gray, así como la muerte de otros, sucede por la militarización del Departamento de Policía de Baltimore y de otras policías en todo el país. Con el tiempo, las injusticias diarias, la brutalidad policial, el inconstitucional trato a los pobres y los menores, lastiman el alma de la ciudadanía”, declaró Susan Goering, directora ejecutiva de la ACLU en Maryland. Pese a no mencionar a Obama, el reclamo apuntó al corazón del poder en Washington, donde un presidente que proviene de las minorías es testigo privilegiado de la tensión racial.
Hillary Clinton tiene rival
Hillary Clinton ya tiene a su primer rival en las primarias demócratas. El senador independiente de Vermont, Bernie Sanders, confirmó este jueves que se presentará a las elecciones partidarias, para buscar la nominación a la Casa Blanca. Sanders, que tiene un perfil más progresista que la ex secretaria de Estado, dijo que su estrategia para ganar se basará en lograr el apoyo de los estadounidenses “mal pagados y sobreexplotados” que están “ansiosos” por un cambio. “Viajé por el país durante el último año para tratar de determinar si realmente existe apoyo para desafiar a la clase multimillonaria. Creo que sí existe”, indicó el senador de Vermont. A diferencia de Hillary, Sanders votó en 2003 contra la guerra de Irak.