Tras su separación de la infanta Elena, la hija mayor del rey Juan Carlos de España, Jaime de Marichalar está perdiendo muchos de los privilegios de los que gozaba por ser un miembro más de la familia real española.
Aunque el duque Lugo sigue siendo un asiduo visitante de las tiendas de la “Milla de Oro” de Madrid (una suerte de avenida Alvear de la capital española), tiene que pagar más por las prendas que compra en los locales de marcas como Prada, Gucci o Yves Saint Laurent.
Si hasta hace poco el duque –famoso por su condición de fashion victim- recibía un descuento del 40%, desde su separación el año pasado se tiene que conformar con un 30%.
El 40%, mientras tanto, sigue vigente para el resto de la familia real, mientras que los reyes, Juan Carlos y Sofía, tienen asegurado el 50% de descuento.
A pesar de este contratiempo, que cobra dimensión de tragedia a los ojos de un auténtico seguidor de los dictámenes de la moda, Jaime de Marichalar no hizo modificaciones en su ruta de shopping y afirman quienes lo ven transitar por la glamorosa avenida que el trato con los vendedores es correcto, aunque un poco distante y frío.
El duque de Lugo se deja aconsejar, pide las cosas por favor y conserva su excelente criterio a nivel moda. Su ex mujer, sin embargo, se muestra bastante más simpática y los empleados la comparan con cualquier otra vecina del barrio por su amabilidad.
Desde que se hiciera pública en noviembre la separación de los duques de Lugo, muchas cosas han cambiado en la vida de Marichalar. Aunque sigue conservando su cargo de consejero delegado en siete multinacionales con un sueldo de más de un millón de euros, mucha gente que decía ser su amiga le dio la espalda y ya no lo invitan a muchas fiestas de la alta sociedad.