El embotellamiento más largo del mundo lleva 10 días
Más de 100 kilómetros de vehículos aguardan atascados en China. Cómo sobreviven los conductores
atrapados.
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EFE
Un embotellamiento de más de 100 kilómetros, que lo convierte en el más largo del mundo, lleva ya diez días en China, en la ruta principal que une Mongolia Interior con Pekín, donde miles de personas sobreviven en sus vehículos gracias al ingenio de los comerciantes locales, que venden agua y alimentos a los conductores atrapados... aunque al doble (o triple) del precio real.
El increíble hecho comenzó el 14 de agosto pasado, hace exactamente 10 días, debido al incremento en el tráfico de vehículos pesados en la autopista Pekín-Tibet, una de las más importantes arterias de entrada de suministros a la capital asiática, y se vio agravado unos días después con el inicio de obras de mantenimiento en la vía, informó ABC Internacional.
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Sin embargo, la agencia de noticias del Estado, Xinhua , aseguró ayer que la situación está mejorando debido a algunas medidas tomadas para facilitar la entrada de los vehículos en Pekín, informó El País de España. Mientras tanto, las autoridades informaron que las obras continuarán hasta mediados de septiembre.
El embotellamiento provocó que muchos de los comerciantes locales aprovechasen la situación de los conductores atrapados para venderles productos de primera necesidad, como alimentos y agua, aunque a precios muy superiores a los habituales.
Según se supo, los automóviles sólo avanzan por día poco más de un kilómetro, y continúan estancados desde hace 10 días. Para matar el tiempo, en tanto, los conductores se la pasan durmiendo, paseando o jugando a las cartas o al ajedrez, informaron los medios locales.
Ese tramo de la carretera que une Pekín con la provincia norteña de Hebei y la región de Mongolia Interior, es una de las vías más propensas a los embotellamientos de tránsito, por la cantidad de camiones que transportan carbón transportado desde Mongolia Interior, donde se han descubierto grandes reservas en los últimos años.
El rápido crecimiento económico de China afecta a la infraestructura de transporte a pesar de que cuenta con un presupuesto multimillonario para mantener y mejorar las carreteras y las líneas ferroviarias.
