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Finalmente, Angela Merkel y Alexis Tsipras se verán hoy las caras en la reunión de los 28 jefes de Estado de los países miembros de la Unión Europea (UE), en la que se definirá el destino de Grecia en la zona euro. Tras más de ocho horas de duras negociaciones, el Eurogrupo pospuso para este domingo una definición sobre el plan de ajustes del gobierno heleno. Al parecer, para los ministros de Finanzas, la última propuesta no fue suficiente para otorgar un tercer rescate que evite un nuevo default y la salida del euro. Por el contrario, se necesitan “más compromisos específicos y obligatorios” sobre la voluntad de Atenas de impulsar reformas, que deberán ser aprobadas por el Parlamento heleno en las próximas semanas.
“Final de la sesión del Eurogrupo. Continuaremos mañana”, escribió en Twitter el ministro finlandés de Finanzas, Alexander Stubb, uno de los más duros en la negociación. La amenaza de su gobierno de vetar un nuevo préstamo trabó ayer las negociaciones, que requerían un voto unánime en el Eurogrupo.
Reunidos de urgencia en Bruselas para decidir si otorgaban un nuevo rescate financiero a Atenas, los 19 ministros de Finanzas de la Zona Euro desconfiaban del compromiso de Syriza de aplicar las reformas que propuso esta semana a sus acreedores. En caso de no haber hoy fumata blanca entre los líderes de la Unión Europea (UE), Atenas quedará más cerca del temido “Grexit”.
Desconfianza. “Las negociaciones siguen siendo muy difíciles, pero continuamos trabajando”, declaró el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeoren Dijsselbloem, quien ayer por la mañana había insinuado la desconfianza de sus pares hacia Atenas. “En papel aún no es suficientemente bueno, y de estar bien en papel, todavía nos haremos la pregunta: ¿realmente sucederá?”, declaró ante la prensa.
Un funcionario, que solicitó el anonimato porque no está autorizado a hacer declaraciones a la prensa, dijo que persiste el pensamiento en el Eurogrupo de que las propuestas griegas son “demasiado escasas y demasiado tardías”, y ante esta situación exigen más pruebas de que el gobierno de Tsipras respetará sus compromisos. “Las discusiones están bloqueadas por la falta de confianza”, afirmó a la AFP otra fuente, tras más de ocho horas de debate.
El ministro de Finanzas griego, Euclid Tskalotos, intentó persuadir a los acreedores –los otros Estados de la UE– de que pueden confiar en que Grecia cumplirá sus promesas a cambio de un rescate financiero que asegure el futuro del país en el euro. Después del voto afirmativo del Parlamento heleno, el gobierno de Tsipras buscaba sellar un pacto con los 19 ministros de Finanzas del Eurogrupo. Antes de comenzar la crucial reunión, el ministro alemán Wolfgang Schäuble adelantó que era “muy díficil” llegar a un acuerdo y que no podían “confiar en promesas”.
Grecia presentó una solicitud de un fondo de rescate financiero de 53.500 millones de euros, en un paquete financiero de tres años. Además, solicitó una reestructuración de su deuda para poder hacer frente a los próximos pagos de ésta. El siguiente vencimiento será el 20 de julio, cuando Atenas tenga que desembolsar 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE). De no hacerlo, entraría en una nueva cesación de pagos.
Paradójicamente, Atenas presentó una propuesta similar a la que rechazó hace dos semanas, mientras que el Eurogrupo desestimó lo que había solicitado en esa oportunidad.
