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Desde Washington
La novela de espionaje que protagoniza Edward Snowden parece no tener fin. El gobierno de Barack Obama informó ayer a las autoridades rusas que, si el joven norteamericano es entregado a los Estados Unidos, no le aplicará la pena de muerte. A través de un comunicado, el Departamento de Justicia norteamericano aseguró además que el ex contratista de la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) no será torturado y le serán garantizados sus derechos fundamentales.
La Casa Blanca buscó, de esa forma, convencer al presidente Vladimir Putin para que entregue al “topo” norteamericano. Sin embargo, Rusia sostuvo ayer su negativa de extraditar a Snowden, que aún se encuentra en el área de tránsito del aeropuerto de Moscú. “Rusia nunca ha extraditado a nadie y nunca lo hará”, declaró Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, al tiempo que informó que no existe un tratado de extradición entre los Estados Unidos y Rusia. El caso generó fuertes tensiones entre Moscú y Washington a dos meses antes de una reunión cumbre en Moscú entre Obama y Putin.
En tanto, el padre de Snowden afirmó ayer que su hijo “hizo lo que creía que era justo” y “compartió la verdad con el pueblo estadounidense”. “Tengo confianza en él y, en el estado actual de las cosas, estoy absolutamente convencido de que dice la verdad”, dijo Lon Snowden a la cadena de televisión NBC, en la que defendió la decisión de su hijo de revelar el masivo programa de espionaje estadounidense. Además, el hombre, que teme por la seguridad de su hijo, agradeció “a todos aquellos que lo están ayudando”.
Por su parte, el abogado ruso Anatoli Kucherena, asesor legal de Snowden, acusó ayer a los Estados Unidos de despreciar los derechos humanos al insistir en la entrega de su representado. “La actitud de Washington es absolutamente inadmisible en relación con una persona que pidió asilo temporal, lo que no concuerda con los principios básicos de libertad y democracia que el Gobierno de los Estados Unidos siempre dijo defender”, criticó el letrado europeo.
El caso Snowden aún conmueve a la dirigencia y la opinión pública norteamericana, que se debaten entre la seguridad nacional y las libertades individuales.
Una fuente anónima de los Servicios de Inteligencia estadounidense aseguró esta semana a la CNN que el “topo” de la CIA jamás tuvo acceso a las “joyas de la corona” de la NSA. Según esa versión, los daños serían inferiores a los indicados inicialmente, cuando en varias audiencias en el Congreso fueron considerados como “irreparables”.