INTERNACIONAL
nace una estrella

El ‘huracán Marina’ ya le saca 10 puntos a Dilma Rousseff

El último sondeo en Brasil proyecta esa ventaja para el ballottage. Las claves del éxito: votos sustraídos a la “base lulista” y empatía emocional.

En campaña. La candidata opositora recorrió ayer la emblemática favela Rocinha en Río de Janeiro, acompañada por el ex futbolista y candidato a senador Romário.
| AP

Una nueva estrella brilla en el firmamento de la política latinoamericana. Aunque aún es muy pronto para dar por muerto a un monstruo electoral como el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, el solo hecho de que la candidata opositora Marina Silva le haya sacado diez puntos de ventaja en las encuestas a Dilma Rousseff en apenas dos semanas la convierte en la mayor sorpresa política de los últimos años en la región. La desagregación del último sondeo sobre la intención de voto para las presidenciales de octubre revela que el “hechizo Silva” ya no es un fenómeno transitorio, sino una tendencia firme y un desafío real al proyecto reeleccionista del oficialismo.

La encuesta publicada el viernes a última hora por Datafolha se suma a otras tres de diferentes consultoras que pronostican un triunfo de la líder ambientalista en el ballottage. El sondeo indica que Silva creció 13 puntos desde el 15 de agosto –dos días después de la trágica muerte de su compañero de fórmula, Eduardo Campos (PSB)– hasta alcanzar a Rousseff en las proyecciones para la primera vuelta. La ex senadora le “comió” cinco puntos al opositor Aécio Neves (PSDB), el gran perjudicado; dos a Dilma; dos a los indecisos; dos a otros postulantes; y uno al voto blanco o nulo.

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En un escenario de segunda vuelta, Marina ya aventaja por diez puntos a Rousseff. El detalle de los datos no tiene desperdicio. Silva gana entre los electores más jóvenes, entre los universitarios, en las grandes ciudades y entre las familias de ingresos medios o altos; mientras que la actual mandataria lleva la delantera entre los ancianos, los ciudadanos con educación básica, en los municipios pequeños y entre las familias de bajos recursos. Al mismo tiempo, Marina creció 17 puntos en la “encuesta espontánea” (cuando el encuestador no menciona a los candidatos), lo que indica que su figura ya está suficientemente instalada entre los electores brasileños.

Desde el equipo de campaña de Silva dijeron a PERFIL que, en esta primera fase de la competencia electoral, uno de los objetivos prioritarios serán las giras por el interior del país, donde la base social y las alianzas locales del PT lo convierten en un durísimo rival. Rousseff tiene su principal bastión en el norte y el nordeste: allí arrasa por más de 15 puntos.

Más allá de la figura de Silva, esta carrera hacia las urnas trae otra gran novedad a Brasil: por primera vez en más de dos décadas, el voto de los sectores más pobres de la población podría no ser determinante. Marina puede llegar al Palacio de Planalto aun si ese segmento se vuelca hacia Dilma, como anticipan las encuestas. La clave del éxito de Silva está, en cambio, en la “clase C”, conformada por los millones de brasileños que se incorporaron a la nueva clase media durante los gobiernos de Lula. En ese 38% del electorado, Silva se impone por 54% a 36%.

“Si ese segmento apoya a Silva, lo que veríamos es el fin de la coalición entre la clase C y los más pobres, y el inicio de una coalición entre la clase C y los más ricos –destacó el politólogo André Singer, columnista del diario Folha–. Sería inédito: hasta ahora, los sectores marginales siempre estuvieron del lado ganador”. En otras palabras, la ex ministra de Ambiente podría quebrar ese voto cautivo de una “base lulista” que ascendió en la escala social de la mano del PT, pero que ahora exige mejoras cualitativas en sus condiciones de vida y en la ampliación de derechos. Se trata del mismo extracto social que salió a protestar a las calles en junio pasado; y que fue bien retratado en la popular telenovela Avenida Brasil. Pero ésa es sólo una cara de la moneda. La otra es el encanto que la figura de Marina tiene para esos sectores. “Es importante tener en cuenta que no hay una agenda positiva que le dé sustento a Silva: en su crecimiento pesa un factor emocional”, señaló a este diario el analista Rafael Cortez, director de la consultora brasileña Tendências. Los orígenes sociales de la rival de Rousseff generan mucha más empatía entre los estratos populares que otros líderes de la oposición tradicional.

Como la de Lula, la de Silva es una historia de superación: nació en la Amazonia brasileña en el seno de una familia pobre, de once hijos, y trabajó en la recolección de caucho durante toda su niñez. Fue analfabeta hasta la adolescencia. Luego de recibir la instrucción básica, ingresó a estudiar Historia en la Universidad Federal de Acre. Se afilió al PT en 1985 y, desde entonces, transitó una carrera política siempre ascendente.

¿La tendencia que marcan las encuestas es irreversible? No. Los analistas señalan que Rousseff tiene dos estrategias a mano para frenar al “huracán Marina”: plantear la elección en términos de un virtual plebiscito a la inclusión social de los últimos años; y poner en evidencia la inconsistencia ideológica de Silva en relación con temas polémicos. Por ahora, Silva lleva las de ganar.