La declaración unilateral de independencia (DUI) y la intervención de Cataluña ya son historia. Ahora, los partidos políticos catalanes tienen en el horizonte otra fecha crucial: el 21 de diciembre. Ese día se celebrarán elecciones autonómicas, según anunció el viernes el presidente Mariano Rajoy. La coalición independentista aún no resolvió si participará o no, ya que esa decisión entraña una trampa: de hacerlo estarían legitimando el artículo 155 y el fracaso de la independencia.
De celebrarse hoy, el independentismo mantendría su mayoría parlamentaria, con el 47,9% de los votos, según un sondeo del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (Gesop) publicado por El Periódico. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido del vicepresidente cesado Oriol Junqueras, ganaría los comicios, cosechando entre 43 y 44 diputados. Sus dos socios, el PdeCat de Carles Puigdemont y la Candidatura de Unidad Popular (CUP), se alzarían con 18 o 19 y 9 o 10 bancas, respectivamente. Si reeditaran la actual coalición, totalizarían entre 70 y 73 diputados –actualmente tienen 72–.
Por su parte, el “frente constitucionalista” –Ciudadanos, Partido Socialista de Cataluña (PSC) y Partido Popular (PP)– seguiría en la oposición. El primero obtendría como máximo 22 diputados –perdería tres–, el PSC de Miquel Iceta se llevaría 21 bancas y la agrupación de Rajoy tendría 10 diputados. “Hoy por hoy es imposible establecer escenarios electorales. El fiscal general del Estado pedirá la detención y el ingreso a prisión de nuestro presidente bajo la acusación de rebelión”, confió a PERFIL un funcionario de la Generalitat que aún no fue desplazado de su cargo.
Boicot. El resultado cambiaría drásticamente si Junts pel Sí y la CUP se abstienen de participar en los comicios. En ese caso, la oposición se quedaría con la Generalitat. El portavoz del gobierno español, Iñigo Méndez de Vigo, aseguró ayer que Rajoy recibiría con “agrado” la participación electoral de Puigdemont. “Si quiere continuar en política está en su derecho. Creo que debería prepararse para las próximas elecciones”, afirmó.
Si bien las agrupaciones aún no definieron oficialmente sus posturas, surgieron voces que llamaron a boicotear las autonómicas. Gabriel Rufián, diputado de ERC en el Congreso, propuso crear un “frente amplio constituyente” para rechazar al “autonomismo golpista”. “Participar en las elecciones del 21 de diciembre sería una contradicción”, opinó, por su parte, Dante Albano Fachin, líder de Podem. “Lo que ha dicho el secretario general de Podem es una opinión personal. Vamos a concurrir a todas las citas electorales”, lo corrigió Pablo Echenique, secretario de Organización del partido de Pablo Iglesias.
Al convocar elecciones en el mínimo plazo que estipulaba la ley, Rajoy buscó romper el frente independentista. Según una encuesta de Metroscopia, el electorado de Esquerra y la CUP rechaza participar en los comicios, pero un tercio de los correligionarios de Puigdemont iría a las urnas.
Si ninguno asiste a la cita electoral, la Moncloa habrá ganado el pulso. Pero también hay otra posibilidad: que el independentismo vaya a votar, gane y controle nuevamente el Parlament. En ese caso, Cataluña viviría su propio Día de la Marmota y todo empezaría de nuevo.
La mayoría quiere votar
El 52% de los catalanes está a favor de disolver el Parlament para celebrar elecciones autonómicas frente a un 43% que lo rechaza, según un sondeo de Metroscopia publicado por El País. Consultados sobre la declaración de independencia del pasado viernes, el 55% la rechaza, mientras que la defiende el 41%.
Cuando se pregunta si votarían a favor de la independencia en un referéndum legal, el 44% responde afirmativamente. Si la pregunta se plantea ofreciendo una tercera vía reformista (reforma constitucional que mejore la situación actual de Cataluña, algo que propuso el PSOE pero aún no está confirmado), el 46% de los catalanes da su visto bueno, y la opción independentista baja a un 29%.
Consultados por su identidad, el 46% de los encuestados se declara tan catalán como español, mientras que un 19% dice ser sólo catalán y un 25% más catalán que español.