Santiago - El actual jefe del Ejército de Chile, Oscar Izurieta, en la despedida de los restos del ex dictador Augusto Pinochet, justificó el Golpe de Estado ejecutado contra el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 por “la gravísima crisis institucional que vivía el país”.
Después de los discursos de Juan Guillermos Toro –en nombre de los militares retirados-, de Hernán Guiloff –por la fundación Pinochet-, Carlos Cáceres –en representación de los ex colaboradores-, el Jefe del Ejército –quien llegó junto a la ministra de Defensa Blanlot-, defendió el accionar del ex dictador.
“Sin duda alguna, la decisión más difícil de la vida de soldado del general Pinochet fue su determinación para –de acuerdo con la armada, la Fuerza Aérea y Carabineros de Chile- asumir las responsabilidades superiores de conducción del Estado, ante la gravísima crisis institucional que vivía el país”, señaló Izurieta.
Asimismo, en contraposición a la disposición oficial, Izurieta, según la agencia Télam, rindió homenaje al “ex jefe de Estado” porque –manifestó- “no se puede soslayar la figura del soldado y la del hombre de Estado”.
El oficial, quien recibió algunos insultos de los presentes, volvió a la época del golpe contra el presidente constitucional Salvador Allende e indicó que Pinochet actuó "con el convencimiento de que no había otra salida posible a la crisis".
En relación a las denuncias contra la dictadura de Pinochet, por violaciones de los Derechos Humanos, Izurieta dijo que "el Ejército también era víctima de la pasión política desatada, que amenazaba su unidad".
"Esto ocurría, a su vez, en el seno de las otras ramas de la defensa nacional, con la peligrosidad que ello representaba para la supervivencia del país", dijo el jefe del Ejército, quien añadió que Pinochet "jugó uno de los papeles más gravitantes en la historia de Chile" y "murió sin haberse sustraído jamás de la acción de la justicia, de acuerdo al estado de derecho que rige en el país".