El matrimono Berlusconi saca los trapitos al sol

Alguna vez tenía que suceder. Silvio Berlusconi pidió disculpas públicamente por haber ofendido a alguien con sus acciones y palabras. Pero no se trató de una disputa política o empresarial. Esta vez la que recibió el desagravio fue su mujer.

Mediante una carta enviada a todas las agencias de prensa el ex primer ministro pidió perdón a Verónica, su mujer desde hace 27 años, que le había exigido disculpas públicas por su comportamiento excesivamente galante y seductor con otra mujer en un programa de televisión.

Indignada por el  descarado coqueteo de su esposo con una bella diputada, la mujer del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi había enviado una carta al diario italiano La Reppublica para exigir a su marido una disculpa pública por haberle faltado el respeto.

El polémico magnate televisivo, y ahora líder de la oposición, desplegó toda su seducción en una entrega de premios televisada. " Contigo me iría a cualquier lugar del mundo, inclusive a una isla desierta", y "si no estuviera casado me casaría contigo en seguida", fueron algunas de las frases que con tono seductor Berlusconi dirigió a la joven diputada. 

El diario La Repubblica publicó hoy en la primera página la carta de la esposa agraviada, en la que exigía a su marido excusas públicas por su comportamiento en el curso de la ceremonia de entrega de premios.

"Con dificultad rompo la discreción que me distingue", admitió la ofendida esposa de Berlusconi en la carta. Pero esta vez, dijo, " Silvio ofendió mi dignidad de mujer y ahora pido excusas públicas".

Veronica Lario, de 50 años, es la segunda esposa del ex jefe de Gobierno italiano, además de madre de tres de sus cinco hijos.

El estilo efusivo y el coqueteo de su marido con la diputada Mara Carfagna, miembro de su partido, Forza Italia, causaron la indignada reacción de la mujer de Berlusconi que explicó los motivos personales, éticos y morales por los que decidió pedir públicas disculpas.

"Son afirmaciones que interpreto como lesivas de mi dignidad, afirmaciones que por la edad, el papel político y social y el contexto familiar de la persona de la que provienen, no pueden ser reducidas a bromas y chistes", escribió.

"En 27 años a su lado he debido superar los inevitables contrastes y momentos dolorosos que una relación conyugal conlleva con respeto y discreción", confesó la esposa agraviada. "A mi marido y al hombre público exijo excusas públicas, ya que no las he recibido en privado y aprovecho también, como el personaje de Catherine Dunne [escritora irlandesa], para preguntarle si me considera 'la mitad de nada'", agregó.

"Siempre he tenido en cuenta las consecuencias que podían tener mis opiniones sobre la figura pública de mi marido y si podían afectar a mis hijos", admitió la esposa de Berlusconi. "Esa línea de conducta encuentra un único límite: mi dignidad de mujer, que debe ser ejemplo para mis hijos", recalcó.

Pero Berlusconi cedió hoy ante el reclamo de la esposa agraviada e hizo llegar a todas las agencias de prensa una carta de disculpas. " Custodio tu dignidad como un bien precioso", dice el ex premier en su misiva. Y le pide a su esposa que acepte la disculpa pública como "un acto de amor".

Pero esta no es la primera vez que Berlusconi mete la pata con sus consideraciones inconvenientes y bromas de corte machista.

En octubre de 2002, mientras era jefe de Gobierno, desconcertó a su homólogo danés, Anders Rasmussen, en una conferencia de prensa común hablando de sus líos matrimoniales.  "Es el primer ministro más bello de Europa. Se lo quiero presentar a mi mujer porque es más hermoso que Cacciari", comentó Berlusconi, hablando así en público los rumores de una relación entre su esposa y el filósofo de izquierda Massimo Cacciari, ex alcalde de Venecia.

Con el coqueteo público de su marido, Verónica Berlusconi se suma así a la larga lista de agraviados por Il Cavalieri.

Berlusconi afirmó públicamente haber hecho de playboy ante la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, para lograr que la sede de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria se estableciera en Italia. 

En otra ocasión, el gobierno de Finlandia llamó a consulta al embajador italiano en el país nórdico después de que Berlusconi  acusara al pueblo chino de "hervir a los niños" durante el comunismo, lo que motivó una queja formal de Pekín.

En la lista de agravios de Berlusconi se incluye también los insultos dirigidos a quienes no le votan. También en el Parlamento Europeo comparó al socialista alemán Martin Schulz con un jefe de los campos de concentración nazi.

Il Cavaliere siempre se ha justificado de sus excesos verbales asegurando que son dichos "con ironía". Pero parece que esta vez ni su mujer entendió su sentido del humor.

Fuente: AFP