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Ciudad del Vaticano
El papa Francisco abrió ayer formalmente las puertas de la Iglesia a los divorciados que se vuelven a casar para que puedan acceder, según el caso, a la comunión, aceptó las uniones de hecho y rechazó el matrimonio entre homosexuales.
Lo hizo en su segunda exhortación apostólica, Amoris Laetitia (“La alegría del amor”), de 260 páginas, que fija las líneas de la Iglesia sobre la familia y el matrimonio, e invita ante todo a “acompañar, discernir e integrar”.
Conciencia. El documento es la culminación de dos años de polémicas consultas a los fieles y la jerarquía, iniciadas por Francisco con la esperanza de comprender los problemas de las familias católicas hoy y brindarles mejor ayuda pastoral.
Básicamente, el Papa sostiene que los católicos deben aplicar su propia conciencia en lugar de depender exclusivamente de las normas de la Iglesia a la hora de abordar temas complejos, como el sexo, el matrimonio y la vida familiar. Insiste además en que la Iglesia cambie su énfasis actual en la doctrina y recurra más a la misericordia al manejar algunos de los problemas más espinosos que enfrentan los fieles.
Francisco destaca que la Iglesia no debe ceñirse a “arrojar piedras” contra los que no viven de acuerdo con la idea de matrimonio y familia recogida en el Evangelio. “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna, escribió, pero creo sinceramente que Jesucristo quiere una Iglesia atenta al bien que el Espíritu derrama en medio de la fragilidad”.
Sin cambios. El documento no introduce cambios en la doctrina de la Iglesia y recuerda enérgicamente que el matrimonio es un compromiso de por vida entre un hombre y una mujer. Sin embargo, el Papa deja claro que quiere casi una revolución en la forma en que los curas acompañan a los católicos. “Hemos sido llamados a formar conciencias, no a reemplazarlas”, afirma. “No todas las discusiones doctrinales deben ser resueltas con intervenciones magisteriales”.
Francisco invita a la Iglesia a hacerles sentir a los divorciados que vuelven a casarse “que son parte de la Iglesia” y recuerda claramente que “no están excomulgados”. “Si bien no se nombra explícitamente la admisión a la eucaristía en el texto, en una nota a pie de página se hace referencia a los sacramentos. Francisco explica que no es posible fijar reglas canónicas generales, válidas para todos, por lo que el camino es el del discernimiento caso por caso”, explicó el vaticanista Andrea Tornielli en su página Vatican Insider.
Francisco acepta las uniones prematrimoniales como un paso adelante “hacia el camino de la plenitud del matrimonio y de la familia” y reconoce las numerosas razones por las que las parejas, según el contexto social y cultural, deciden convivir.
Dividido en nueve capítulos y 325 párrafos, en el documento Francisco reitera su visión de la Iglesia, que “no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas”.
Sexo. Por primera vez, un texto oficial del Vaticano, elaborado por un papa, habla de erotismo, un tema tabú para muchos católicos.
“La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener”, escribió el Papa. “El más sano erotismo, si bien está unido a la búsqueda del placer, supone admiración, y por eso puede humanizar los impulsos”, reconoce Francisco.
En el capítulo en el que aborda las relaciones homosexuales, el Papa reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser “respetada en su dignidad” procurando evitar “toda discriminación injusta”.
Sin embargo, considera “inaceptable” la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer, y subraya que “no existe fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas”, entre ambas realidades.
Viajará a Lesbos para reunirse con refugiados
Francisco efectuará una visita relámpago el 16 de abril a la isla griega de Lesbos para dar su apoyo a los migrantes provenientes de Asia y Africa, y manifestar su solidaridad a los refugiados sirios que están siendo expulsados de Europa.
El Pontífice, que quiere ser identificado como el papa de las periferias, busca con su visita a Lesbos dar voz a los migrantes que se ven obligados a cruzar continentes, tanto en América como en Europa, para huir del hambre, la pobreza y los conflictos. Invitado por Bartolomé I, el patriarca de Constantinopla y líder espiritual de los ortodoxos, así como por el presidente griego, Prokopis Pavlopoulos, Francisco irá a la isla “para reunirse con los migrantes acogidos allí”, indicó el servicio de prensa del Vaticano.
Desde que fue elegido en marzo de 2013 al trono de Pedro, el Papa ha manifestado su solidaridad con los inmigrantes de todo el mundo, que arriesgan la propia vida en pos de un futuro mejor. El Papa permanecerá sólo algunas horas en Lesbos, tal como ocurrió en julio de 2013 en su primer viaje como pontífice dentro de Italia, cuando visitó la isla de Lampedusa, en el sur de Italia.