El papa Francisco avisó ayer que no visitará la Argentina ni otros países latinoamericanos al menos hasta 2016. En una audiencia con un grupo de ex alumnos jesuitas uruguayos, el Pontífice dijo además que si viaja a su patria natal, también lo hará a Uruguay y Chile.
En una sala del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa explicó: “No sé cuándo está planeado ir allá (a Latinoamérica). Antes del dieciséis, no, seguro. Pero lo que sí es seguro es que si visito la Argentina, tengo que visitar Chile y Uruguay, los tres juntos. Así que estaremos allí”.
Según el comunicado difundido por la Santa Sede, Francisco bromeó a los uruguayos: “Nuevamente les quiero agradecer la visita y el saludo. ¡Me traen tantos recuerdos de allá! Lo único que me extraña es que no haya ninguno con el mate. ¿No se animaron? Ahí les faltó la veta uruguaya. Porque cuando vino el presidente de ustedes estábamos con el mate”
“Veo que hay muchos chicos; es una promesa y una esperanza –continuó Jorge Bergoglio–. A mí esto me trae muchos recuerdos de los compañeros que han organizado esto, y cosas lindas. Les agradezco todo de nuevo, y les pido un favor: que recen por mí. Porque acá la gente es muy buena, son buenos compañeros y todos trabajan juntos, pero el trabajo es mucho, y no se da abasto”.
En marzo, uno de los más estrechos colaboradores de Francisco había confirmado que el Papa no vendría a la Argentina este año pese a que esa versión había comenzado a circular. El obispo auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García, había dicho a este diario desde Roma:“Francisco no va a ir a la Argentina en todo 2013, ni en junio ni tampoco en septiembre”.
En aquel momento corría el rumor de que el primer papa argentino llegaría al país entre noviembre y diciembre, pero varios de sus asesores, que participaron en las reuniones en las que se armó su agenda, aseguraron que había decidido postergar el viaje.
“Está tapado de trabajo y todavía está descubriendo los mecanismos de cómo funciona el Vaticano; lo noté perplejo ante la cantidad de tareas de las que tiene que hacerse cargo”, había confiado a este diario uno de sus hombres más cercanos. Inicialmente se había especulado con que existían dos “oportunidades” para que visitara el país.
La primera, en julio, cuando tenía agendado un viaje a Brasil para asistir a la Jornada Mundial de Juventud en Río de Janeiro. El Papa podría haber aprovechado su llegada a la región para visitar la Argentina. Pero eso finalmente no ocurrió.
La otra oportunidad era en septiembre, cuando se realizó la beatificación del cura Brochero, pero finalmente se decidió que el Sumo Pontífice enviara un cardenal.