El papa Francisco llegó este miércoles a Colombia para promover la paz y la reconciliación en un país que busca extinguir el último conflicto armado del continente. El jefe del Vaticano apoyó sin vacilaciones el acuerdo que condujo al desarme y transformación en partido político de las rebeldes FARC después de medio siglo de conflicto.
El pontífice argentino, de 80 años, arribó en el aeropuerto militar Catam de Bogotá, y fuer recibido por el presidente Juan Manuel Santos y su esposa, María Clementina Rodríguez. Su Santidad inicia de este modo un histórico viaje de cinco días que incluirá actos y misas multitudinarias en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, donde se espera se movilicen 4,7 millones de fieles
Mensaje a Venezuela. Camino a Colombia, Francisco pidió una "oración para que pueda haber diálogo con todos" en Venezuela, y le envió un telegrama al presidente Nicolás Maduro en el que abogó por la "solidaridad, justicia y concordia". Jerarcas de la Iglesia católica en Venezuela se reunirán con el Papa durante un encuentro con el Consejo Episcopal Latinoamericano en Bogotá.
Expectativa. Solo en Bogotá, las autoridades vaticanas calculan que unas 700.000 personas saldrán a saludarlo en su recorrido en el papamóvil. En un videomensaje enviado hace dos días, el religioso invocó una paz "estable y duradera" para Colombia tras el acuerdo con las FARC y las pláticas que buscan un pacto similar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla activa en el país.
"La paz nos recuerda que todos somos hijos del mismo Padre, que nos ama y nos consuela", afirmó el pontífice quien respaldó desde un primer momento y sin titubeos las negociaciones que permitieron el desarme de 7.000 combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), indicó según consignó la agencia internacional AFP.
Por otra parte en Villavicencio, beatificará a dos sacerdotes católicos asesinados durante diferentes momentos del conflicto, antes de presidir una oración por la reconciliación nacional con las víctimas de la violencia, exguerrilleros y militares. Para la misa se llevó el crucifijo de la iglesia donde ocurrió la masacre de Bojayá, en la región de Chocó, en la cual murieron en un centenar de civiles que se habían refugiado en ese templo durante los enfrentamientos entre las FARC y grupos paramilitares en 2002.
En Medellín, la otrora capital del narcotráfico durante el reinado de Pablo Escobar, hablará de las vocaciones sacerdotales, y en Cartagena rendirá homenaje al jesuita San Pedro Claver, defensor de los exclavos en en el siglo XVII.