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elecciones en octubre

El PT aclamó a Rousseff y se terminó el “Vuelve Lula”

El partido lanzó ayer oficialmente su candidatura y así puso fin a las operaciones para que regrese el ex presidente. Dilma comienza la campaña más difícil de su carrera.

Mentor y criatura. Lula expresó ayer en Brasilia su apoyo a su sucesora: “Cuando haya divergencias entre nosotros, Dilma siempre tendrá razón y yo estaré equivocado”.
| Instituto Lula

Con la bendición de Luiz Inácio Lula da Silva, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil proclamó ayer oficialmente la candidatura de la presidenta Dilma Rousseff para las elecciones del próximo 5 de octubre. Según las últimas encuestas, la jefa de Estado sigue liderando cómoda la intención de voto, pero debería ir a una segunda vuelta contra el opositor Aécio Neves.
La formalización de su candidatura pasó casi inadvertida para la opinión pública brasileña, más concentrada en el Mundial que en el aval simbólico del PT a una postulación anunciada desde hace meses. El anuncio tuvo lugar en un contexto de cierto malhumor social por
la desaceleración económica y las falencias en la
organización de la Copa. Ese estado de ánimo en algunos sectores medios representa la mayor amenaza para el proyecto reeleccionista de
Rousseff.
El lanzamiento de la candidatura se resolvió por aclamación entre unos 800 delegados partidarios durante la convención celebrada en Brasilia. El presidente del PT, Rui Falcao, y Lula da Silva, antecesor y padrino político de la mandataria, escoltaron a Rousseff en el palco cubierto de estrellas rojas. “Es hora de seguir adelante y hacer más cambios”, se entusiasmó Dilma.
El acto se transformó en una defensa de la organización del Mundial y en una respuesta partidaria a las protestas ciudadanas que agitan a Brasil desde el año pasado. “Tenemos Copa, pero no tendremos segunda vuelta” y “Un, dos, tres, Dilma otra vez”, coreaban los delegados. También hubo un momento de aclamación para “Lula, guerrero del pueblo brasileño”.
Cuando Rousseff comenzó a caer en los sondeos, fuerzas aliadas del PT y miembros del propio partido alentaron una nueva candidatura de Lula. Pero él no le restó nunca el apoyo a su sucesora y de hecho es el jefe y estratega de su campaña. Ayer, el ex presidente fue tajante al respecto: “Vamos a demostrar que es posible que una presidenta y un ex presidente terminen su mandato sin que haya ninguna fricción entre ambos, y que es plenamente posible que creador y creadora convivan en armonía. Cuando haya divergencias entre Dilma y yo, se zanjarán porque Dilma siempre tendrá la razón y yo estaré equivocado”.
Según una encuesta de CNI Ibope publicada el jueves pasado, Rousseff es la favorita para los comicios con el 39% de la intención de voto. La sigue Neves, senador del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), con el 21%. En tercer lugar se ubica Eduardo Campos (PSB), ex gobernador de Pernambuco, con el 10%. Esas cifras forzarían a un ballottage ya que ningún candidato superaría la mitad más uno de los sufragios. Los pronósticos para la segunda vuelta auguran un 43% de los votos para Dilma, frente a un 30% del candidato del PSDB.
Durante la convención de ayer también fue confirmada la alianza del PT con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal aliado de la fuerza gobernante en la coalición oficialista, y la candidatura del vicepresidente Michel Temer para volver a ocupar el cargo. Los discursos de los oradores giraron en torno a la construcción de un “nuevo ciclo histórico” basado en la reforma del sistema político.
El PT aprovechó el encuentro para repudiar los insultos de los miles de brasileños que cantaron “Dilma, que te den por el culo” en el partido inaugural del Mundial. En su discurso, Rousseff destacó que nunca hizo “política con odio”, ni siquiera cuando la intentaron “destruir física y emocionalmente” durante los tres años que pasó en la cárcel en la última dictadura militar. Con esa experiencia de vida en su haber, la mandataria se dispone ahora a enfrentar los comicios más difíciles de su carrera política.

El oficialismo perdió un aliado clave
El Partido Laborista Brasileño (PTB), una de las fuerzas que integraban la coalición de gobierno junto al Partido de los Trabajadores (PT), anunció ayer su ruptura con sus ex aliados y su apoyo a la candidatura del opositor Aécio Neves.
“Tenemos la convicción de que Aécio reúne las condiciones para la reanudación del crecimiento económico, así como en la garantía de la manutención de las conquistas sociales incorporadas a la vida nacional”, afirmaron los laboristas en un comunicado.
Según el presidente nacional de la formación, la decisión “atiende el clamor” de la mayoría del grupo parlamentario federal y de los estados, “donde los conflictos locales entre el PTB y el PT resultan insostenibles”.
El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho, lamentó la “sorpresa” que dio “un partido que estuvo mucho tiempo en la base aliada”.
La ruptura con el PTB supone un prematuro problema para el proyecto reeleccionista de Dilma Rousseff, aunque no tendrá un impacto significativo en el caudal de votos.