“Diez años después te vuelvo a encontrar”, dice la canción de Andrés Calamaro. Casi una década después, aquel “que se vayan todos” que se gritaba en la Plaza de Mayo y en las asambleas populares argentinas volvió con fueza esta semana, pero en la Puerta del Sol de Madrid.
Es que un grupo de argentinos añadió al “no les votes” castizo la famosa frase que anunciara el fin del gobierno de Fernando de la Rúa, dándole un toque celeste y blanco a las protestas que se expanden por toda la península.
Así, se unieron al desafío de los indignados frente a la decisión de la Junta electoral que, en teoría, prohibía la manifestación de ayer, por ser jornada de reflexión de cara a las elecciones municipales y autonómicas que se celebran hoy.
“La bronca es la misma que había allá, aunque quizás se expresa con más tranquilidad”, reflexiona Carlos Best, quien dejó La Plata poco después de los cacerolazos de 2001.
“La gente está cansada de que siempre sea tan fácil para el fuerte aprovecharse del más débil”, resume a la vez que reconoce que las comparaciones son difíciles porque dos lustros atrás, con 40 años, era muchos más “impulsivo” a la hora de protestar.
Por eso hoy, ve bien que la gente haga todo lo posible por evitar situaciones violentas como las que vivió Argentina y que costaron la vida de 39 personas.