PEKÍN.- Los peticionarios chinos, ciudadanos que quieren hacer llegar sus quejas a las autoridades, podrían ser enviados a campos de trabajo en Shenzhen, una ciudad del sur de China, informó el viernes el diario China Daily. Esta ciudad, situada cerca de la frontera con Hong Kong, publicó una lista de 14 protestas "anormales" que podrían ser castigadas con penas de hasta tres años de campos de trabajo, explicó el diario oficial en inglés.
El sistema chino de peticiones, heredado de la época imperial, permite a los ciudadanos dirigirse directamente a las administraciones si consideran que son víctimas de injusticias y apelar en última instancia al gobierno central de Pekín.
Pero Shenzhen pretende limitar las formas de protesta y los lugares. La ciudad prohibió las pancartas, la distribución de octavillas, las sentadas y toda acción que ponga en peligro a los funcionarios y sus familias, según el China Daily.
Una primera infracción de estas reglas puede conllevar una advertencia verbal. Los infractores podrán ser detenidos a partir de la tercera queja "anormal" y enviados a campos de trabajo a la cuarta. Las nuevas reglas tienen por objetivo "mantener la estabilidad social", según la misma fuente.
La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció el jueves la existencia de "prisiones secretas" en Pekín, donde se detiene a los peticionarios que se dirigen directamente al gobierno central. Por supuesto, Pekín negó la existencia de tales lugares.
Fuente: AFP