Dentro de cuatro días, cuando aterrice en Washington para participar en la cumbre de seguridad nuclear, Mauricio Macri percibirá la expectativa de las delegaciones de otros países frente a la posible candidatura del argentino Rafael Grossi para la dirección del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Lo curioso es que, mientras el nombre de Grossi se instala como una alternativa firme en la escena diplomática internacional, el Gobierno argentino aún no se decide a dar un impulso oficial a su nominación.
Grossi, actual embajador en Viena y ex número dos del OIEA, es uno de los dos hombres favoritos para presidir el organismo a partir de 2017. El otro es el actual director general, el japonés Yukiya Amano, quien ya está en plena campaña para lograr su tercer mandato, con aval del gobierno de Japón.
Si se formalizara su candidatura, el argentino contaría con el respaldo de China, Rusia y los países del Grupo de los 77. Estados Unidos también transmitió señales positivas. Y Brasil estaría incluso dispuesto a darle un cariz “binacional” a la candidatura. Sin embargo, todos los países nucleares se mantienen expectantes ante el silencio que por ahora mantiene el gobierno de Macri. Ocurre que Grossi necesita que la Cancillería argentina impulse su candidatura, requisito indispensable para que ésta prospere. En el Gobierno se limitan a describirlo como un “posible buen candidato”, pero no más.
En el ámbito diplomático advierten que sería sensato evitar que ocurra lo mismo que en 2009, cuando otro argentino, el embajador Rogelio Pfirter, vio frustradas sus posibilidades de dirigir el OIEA porque el kirchnerismo le retaceó su respaldo. Las mismas fuentes sugieren que la canciller Susana Malcorra estaría postergando la candidatura de Grossi ya que cree que ésta podría interferir con su proyecto de postularse a la Secretaría General de la ONU. Sin embargo, por las costumbres de rotación que suelen regir el recambio, no está claro que Malcorra tenga chances serias.
Macri deberá pensar qué decirle la semana próxima al primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien solicitó reunirse con él en Washington. Es muy probable que allí le exprese el deseo de Japón de que Amano siga al frente del OIEA. La incógnita es si Macri retrucará o no poniendo la candidatura de Grossi sobre la mesa.