Cochabamba – Los sectores sociales que piden la renuncia del prefecto (gobernador) del departamento boliviano de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, decidieron radicalizar las
medidas de presión para lograr su dimisión, tras los violentos enfrentamientos que dejaron dos muertos y más de cien heridos.
En tanto, en un dato que puede marcar el comienzo del fin de la crisis, Reyes Villa desistió de convocar un referendo autonómico en Cochabamba. "Sí, él ha desistido", sidjo su asesor Cayo Salinas, tras mantener un encuentro en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra con el cardenal boliviano Julio Terrazas.
En Cochabamba se celebró un cabildo popular en el que participaron decenas de miles de personas en el que se adoptaron tres medidas: Ratificar y masificar las medidas de presión hasta la renuncia del prefecto Manfred Reyes Villa, así como proceder a la toma de las propiedades de Reyes Villa hasta que presente su dimisión, señaló la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Por otra parte, las seis federaciones de productores de coca, los campesinos y otros sectores sociales bolivianos resolvieron levantar el bloqueo de caminos que mantenían desde hace cuatro días en el departamento de Cochabamba, informó la radio Erbol.
Con el desbloqueo de caminos se busca permitir que arribe a Cochabamba una mayor cantidad de campesinos y cocaleros y se fortalezcan las medidas de presión a favor de la renuncia de Reyes
Villa.
Los representantes de distintos sectores gremiales y universitarios, además de cocaleros y campesinos de distintas provincias, entre otros, que participaron en el cabildo popular,
amenazaron también con colgar a todo aquel que vuelva a agredirlos, según Erbol.
La radicalización de las medidas -que no obedece al pedido de pacificación expresado horas antes por el presidente Evo Morales- implica mantener el estado de emergencia hasta que se concrete la
expulsión de Reyes Villa.
Los choques de la víspera se desataron después de que adeptos de Reyes Villa, funcionario crítico del gobierno de Morales, rebasaran el control de la policía y arremetieran con armas de fuego contra
campesinos y cocaleros que desde hace una semana tienen el control del centro de la ciudad para exigir la renuncia del prefecto.
En su primera reacción a los violentos enfrentamientos del jueves Morales pidió a los distintos sectores sociales abstenerse de cualquier actitud vengativa y retomar el diálogo para pacificar el país.
A su regreso de Nicaragua, donde asistió a la toma de posesión del nuevo presidente Daniel Ortega, Morales se reunió con sus colaboradores en la residencia presidencial para evaluar la situación, informó Erbol.
El presidente expresó sus condolencias a los familiares de los muertos y volvió a criticar a quienes buscan dividir al país con demandas de autonomía, tales como el gobernador de Cochabamba,
Manfred Reyes Villa.
"Es verdad que las mentiras, las acusaciones, la soberbia causa reacción en el pueblo boliviano", dijo el mandatario -según la agencia de noticias Fides-, para agregar que su gestión de gobierno
no aceptará ningún afán de división o fragmentación del territorio nacional.
"La gente del campo ha sida maltratada, torturada y hasta asesinada, esperamos que las autoridades judiciales de oficio hagan una profunda investigación, sostuvo Morales.
Juan Pijcha -cocalero- murió por una herida de bala, mientras que un segundo hombre -identificado como Cristian Uresti- falleció por estrangulación y una herida cortante en el cuello.
Una columna de manifestantes se acercó al féretro del cocalero muerto, que fue velado en la misma plaza 14 de Septiembre.
