Washington - La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos aprobó hoy la nominación al puesto de embajador ante la ONU de Zalmay Khalilzad, hasta ahora embajador en Irak.
La nominación fue aprobada dos semanas después de una audiencia donde Khalilzad fue recibido cálidamente tanto por los legisladores demócratas, como por los republicanos.
Khalilzad es un musulmán sunita de 55 años que nació en Afganistán, pero que a temprana edad emigró hacia los Estados Unidos en busca de mejor futuro. Allí estudió en la Universidad de Chicago y desde 1984 trabajó en el Departamento de Estado de Ronald Reagan bajo los mandos del halcón Paul Wolfowitz, ahora presidente del Banco Mundial.
Desde ese cargo público, Khalilzad consiguió entrometerse en la política interna estadounidense de la mano de Wolfowitz y del vicepresidente estadounidense Dick Cheney, pero su verdadera ambición era resolver los conflictos externos de un país que siempre está en guerra.
En plena disputa entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, colaboró en el proyecto de formación militar de los mujaidines afganos, entre quienes figuraba “el temible” Osama Bin Laden. El propósito era instruirlos para combatir a la URSS tras la invasión a Afganistán en 1979.
Más de un millón de afganos murieron luego de esa invasión y de la defensa impulsada por Estados Unidos y casi un tercio de la población terminó en campamentos de refugiados.
Tras su paso por la administración Bush (padre) y la posterior desvinculación en 1992 de la gestión de Bill Clinton, este sabio analista internacional escribió en 1995 el libro “De la contención al liderazgo mundial” (From Containment to Global Leadership) donde describe cuál debería ser el plan de hegemonía mundial estadounidense par alos próximos 20 años.
La experiencia de Khalilzad al frente del Consejo Nacional de Seguridad fue determinante para que el presidente George W. Bush lo incluya en la cúpula de ideólogos que planearon la invasión militar a Irak en marzo de 2003.
Como embajador itinerante para los iraquiés libres –así lo denominó Bush- fue el máximo responsable de la preparación política de la era post-Saddam Hussein en Irak y tuvo que enfrentar más de un inconveniente.
Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad John Hopkins, en Baltimore, y de la Universidad Al Mustansiriya de Bagdad, estimó que 655.000 iraquíes murieron desde el inicio de la invasión que Khalilzad planeó.
Conociendo el paño. Más tarde fue nombrado embajador en su país de origen donde supervisó las polémicas elecciones que instalaron en el poder a su amigo y viejo compañero de trabajo de la petrolera Unocal, Hamid Karzai.
En junio de 2005, Khalilzad recayó en la embajada en Irak para suceder a John Negroponte quien fue nombrado a su vez supervisor de todas las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Pero ahora Khalilzad dejará su cargo en la peligrosa Bagdad, para reemplazar al renunciante John Bolton en las lujosas oficinas de la ONU en Nueva York
Al igual que Bolton, Khalilzad es visto como próximo a la influyente escuela neo-conservadora en materia de política exterior que inspiró la invasión en Irak.
En su discurso ante el Senado del 15 de marzo pasado, Khalilzad dejó en claro cuál será su postura al frente del organismo: "Nadie debe dudar de la legitimidad de las decisiones estadounidenses de actuar de manera unilateral, cuando éstas se toman conforme a nuestro proceso democrático y (...) al derecho internacional"
Ahora falta la aprobación definitiva en sesión plenaria.
Fuente: AFP