Contra viento y marea, el operativo internacional para hallar al avión MH370 de Malaysia Airlines culminó ayer sin novedades, en medio del nerviosismo de los familiares de los 239 pasajeros y tripulantes, y la incertidumbre de las autoridades de los 25 países que participan de la búsqueda.
Mientras continuaban las tareas de rescate, el diario británico The Telegraph difundía ayer los últimos 54 minutos de la conversación entre los pilotos del vuelo desaparecido y la torre de control de Kuala Lumpur, que culminaba con un lacónico “todo bien, buenas noches” del copiloto Fariq Abdul Hamid.
Con una docena de barcos y cinco aeronaves, las tareas de búsqueda aún no pudieron confirmar si los restos divisados por el gobierno australiano son parte del fuselaje del aparato desaparecido o si, por el contrario, se trata de containers que cayeron de algún buque mercantil.
La zona de búsqueda, de 23 mil kilómetros cuadrados y a cuatro horas de vuelo de tierra firme, dificulta las tareas de las aeronaves. Como los radares no volvieron a detectar los dos objetos divisados el jueves, Australia está buscando “a ojo”, en una “estrategia visual”, los artefactos, de 24 y 5 metros de largo. El operativo de rescate estaría protagonizado por aviones que sobrevuelan el lugar con “observadores entrenados” asomados a las ventanillas.
El MH370 desapareció hace 15 días y cada hora que pasa agrega más dramatismo a la búsqueda, ya que la caja negra tiene baterías que emiten ultrasonido para treinta días de duración. Es clave en ese lapso delimitar con exactitud en qué área está el aparato. En el caso del accidente de Air France, el dispositivo, de color naranja y llamado Flight Data Recorder, fue hallado tras dos años de búsqueda.
En total, cinco aviones sobrevolaron ayer el área sobre el Oceáno Indico, ubicada a 2.300 kilómetros al oeste de las costas de Australia. Tres de ellos eran P-3 Orion de la Fuerza Aérea australiana, un P-8 Poseidon de las fuerzas navales estadounidenses y un reactor Bombardier Global Express. Además, el carguero noruego St. Petersburg está desde ayer en la zona, otro barco llegará en las próximas horas, y un buque de la armada australiana –el HMAS Success– está también cerca, según informó ayer la Autoridad de Seguridad Marítima de Australia (AMSA). En tanto, China desplegará al menos ocho navíos en la zona del Océano Indico donde fueron vistos objetos que podrían pertenecer al vuelo MH370, desaparecido el 8 de marzo.
Aunque las condiciones meteorológicas mejoraron ayer, los trabajos de localización de los dos posibles objetos se complicaron por la distancia a la que se encuentran de la costa de Australia. Los aviones tienen un tiempo efectivo de búsqueda de sólo dos horas antes de tener que regresar a la ciudad de Perth, ya que el trayecto de ida y vuelta les lleva ocho horas.
Otra dificultad estriba en que los objetos buscados podrían haberse hundido y estar en el fondo del mar, que en esa zona tiene una profundidad de 3,900 metros. Los vientos, el oleaje y las corrientes son otros obstáculos a las tareas de rescate, ya que pueden arrastrar los objetos divisados decenas de kilómetros cada día. “Es una de las zonas más inaccesibles de la Tierra, pero si hay algo ahí abajo, lo encontraremos”, declaró ayer el primer ministro australiano, Tony Abbott. “Se lo debemos a las familias, no podemos hacer menos”, explicó el dirigente, que confió que mantuvo un diálogo con el presidente chino Xi Jinping, quien estaba “destrozado”. En el avión desaparecido viajaban 153 ciudadanos chinos.
Según publicó ayer The New York Times, los avances tecnológicos permitirían localizar a un avión desaparecido, pero falta más inversión en la aeronavegación comercial y voluntad política. “Aviones militares y helicópteros utilizados en exploración en alta mar tienen grabadoras de datos de vuelo que pueden eyectarse con un paracaídas en un accidente. Emiten una señal de satélite que transmite inmediatamente la identidad y ubicación de la aeronave. Pero incorporar un sistema similar en un avión comercial requeriría un rediseño caro”, difundió la publicación. El misterio del vuelo MH370 sigue sin resolverse