INTERNACIONAL
negocio multimillonario

Francia triplicó la venta de armas a los países árabes

Este año, París vendió a la región armamentos por 15 mil millones de euros, en particular a Egipto y a las monarquías del golfo Pérsico.

Caracal. Un coloso con la más moderna tecnología. Kuwait le compró 24 de ellos a Francia.
| Cedoc Perfil

Desde París
El primer ministro de Kuwait, jeque Jaber Al-Moubarak Al-Ahmad Al-Sabah, firmó el miércoles en París un acuerdo para la compra de armas terrestres, marítimas y aéreas por 2.500 millones de euros. El núcleo de ese convenio eran 24 helicópteros pesados Caracal más una opción por otros seis. Esos colosos, concebidos para incursiones de alto riesgo de fuerzas de elite, poseen un sistema de autoprotección, blindaje y detección electrónica de misiles.
   Ese contrato, firmado en un marco de extrema discreción, confirmó el fulgurante ascenso de Francia como exportador de armas al mundo árabe, y en particular a las petromonarquías del golfo Pérsico: desde comienzos de año, sus ventas al exterior suman casi 15 mil millones de euros, tres veces más que las de 2012.
   “Las exportaciones de armamentos son el mayor éxito del presidente François Hollande”, reconoció con cierta ironía el ex ministro centrista de Defensa, Hervé Morin. El sector emplea a 15 mil personas en el país.
   La gran hazaña de Hollande fue romper el maleficio que pesaba sobre las ventas al exterior del Rafale, lanzado por Dassault para suceder al Mirage 2000 y que los franceses definen como el “mejor cazabombardero del mundo”. Pero los clientes lo consideran demasiado sofisticado y excesivamente caro: cada una de esas joyas cuesta 125 millones de dólares sin el armamento (contra 51 millones de un McDonnell Douglas F/A-18 Hornet o 360 millones del F-22 Raptor de Lockheed Martin).
   Desde su lanzamiento en 2006, el Rafale acumulaba siete intentos frustrados de exportación, incluyendo a Brasil. Pero en febrero  Hollande logró colocar 24 aparatos en Egipto, otros 24 en Qatar y firmó una promesa de compra con India por 36 aviones, que luego se redujeron a cuatro.
   Pero el mayor éxito de Hollande fue haber logrado venderle al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sissi los dos portahelicópteros de clase Mistral que Francia había construido a pedido de Rusia por un total de 1.200 millones de euros. El embargo de los países occidentales en represalia por la crisis de Ucrania impidió a Francia entregarle al régimen de Vladimir Putin esas unidades de 120 metros  de eslora, que ya habían sido bautizadas como Vladivostok y Sebastopol, la base rusa en Ucrania en poder de Moscú tras la anexión de Crimea.
   Sissi también compró una fragata multimisión. Ante la prisa de los egipcios, se les dio  la Normandie, que estaba a punto de entrar en servicio en la marina francesa. La nave de 6 mil toneladas fue rebautizada Tahya Misr (“Larga vida a Egipto”, en árabe) y participó en agosto en las celebraciones por la ampliación del canal de Suez, junto a una escuadrilla de seis flamantes Rafales.
   Francia también acordó la venta de treinta patrulleras rápidas a Arabia Saudita, el segundo importador de armas con inversiones por valor de 6.400 millones de dólares, que representan 10% del total mundial, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). París quiere aprovechar las divergencias entre el nuevo monarca Salman y Estados Unidos y el temor que provocan las ambiciones geopolíticas de Irán para hincar sus colmillos sobre ese codiciado mercado.