El Ejército tailandés, leal a la monarquía, anunció que tomó el poder y se hizo cargo del gobierno del primer ministro Thaksin Shinawatra, quien se encuentra en Nueva York.
“La fuerzas armadas tailandesas, dirigidas por el general Sonthi Boonyaratglin, derrocaron al Gobierno e impusieron la ley marcial”, aseguró el general Prapass Sakuntanat.
Además, las Fuerzas Armadas anularon la Constitución –que había sido aprobada en el 97-, el Parlamento y el Tribunal Constitucional, aunque afirmaron que permitirán que sigan funcionando todos los demás tribunales.
Los golpistas aseguraron que las medidas habían sido tomadas para “mantener la ley y el orden”.
En una declaración leída por televisión, el general Sonthi sostuvo que la toma de poder era provisional y que “el poder será devuelto al pueblo tan pronto como sea posible”.
Durante la noche de ayer, el alto mando del Ejército había sido recibido por el rey Bhumibol Adulyadej y habían estado reunidos durante dos horas.
Nueva York. Mientras tanto, Thaksin Shinawatra se encontraba en Nueva York, donde asistía a la Asamblea General anual de la ONU.
En sus últimas declaraciones a la prensa dijo estar “tranquilo” y aseguró que sigue considerándose el jefe de Gobierno. Horas antes, sin embargo, Sonthi había anunciado la destitución y declarado el “estado de emergencia”.
Por la crisis, Thaksin Shinawatra suspendió su discurso frente a la Asamblea.